El incendio forestal declarado el domingo en Moixent podía haber provocado una auténtica tragedia medioambiental. La sequía, las altas temperaturas registradas el domingo, el viento y la baja humedad convertía la zona en un polvorín, pero la rápida actuación del operativo de extinción de incendios evitó la tragedia. Sobre las cuatro de la tarde se declaraba el incendio en la zona del río Cànyoles, cerca de la Serra de la Atalaya, con alto valor ambiental. El fuego también se originó cerca del paraje de les Alcusses y a un kilómetro escaso del núcleo urbano, que con la rápida actuación quedaron resguardados de las llamas.
El fuego se extendió por el barranco, arrasando vegetación de cañar y matojos, así como bancales de olivos. El incendio quemó unos 60.000 metros cuadrados, según informaron ayer fuentes del ayuntamiento, que incidieron en la «rápida actuación» para la extinción. Hasta la zona se desplazaron inicialmente dos medios aéreos, una dotación del Consorcio de Bomberos de Valencia y dos unidades de los Bomberos de la Generalitat. Ante el cariz que tomaba el incendio, los medios aéreos se ampliaron a seis para apagar las llamas y evitar que estas alcanzaran la Sierra de la Atalaya, una fábrica de muebles y otra nave industrial, que finalmente no sufrieron el alcance del fuego. También se desplazaron una autobomba, un agente medioambiental y una unidad de vigilancia. El amplio operativo ayudó a controlar el fuego, que había obligado incluso a cortar la carretera que une Moixent con Fontanars dels Alforins.
Pero la buena evolución del fuego y el operativo evitaron un mal mayor. Avanzada la tarde, con el fuego casi controlado, cinco de los seis medios aéreos se retiraron. Al anochecer se retiraba el único medio aéreo que quedaba, dejando en la zona solo medios terrestres, que controlaron el incendio. Ayer por la mañana continuaban labores de control para evitar un rebrote del fuego.
El concejal José Luis Ortiz expresaba ayer que «la rápida actuación ha evitado una desgracia ambiental». El edil de Moixent señaló que el fuego acechó a la Sierra de la Atalaya, que fue vastamente afectada por el incendio del año 1994 y que ahora, «está regenerada y poblada de árboles y vegetación».Ortiz incidió en que el incendio se quedó a un kilómetro del pueblo y a unos 10 kilómetros del poblado de les Alcusses.
Otro incendio forestal declarado en Ontinyent también pudo convertirse en una tragedia forestal sin la rápida actuación de los bomberos. El fuego se inició sobre las ocho y media de la tarde en la Senda del Alba, en el término de la capital de la Vall d'Albaida. Una patrulla de la Policía Local que se desplazó al lugar avisó a los bomberos, que rápidamente se personaron para sofocar el fuego. El incendio llegó a quemar, además de matorrales, una casa de aperos de una parcela del paraje, así como varias gallinas y un perro. El fuego se reavivó después y dos dotaciones de bomberos volvieron a desplazarse para sofocar el fuego y extinguir finalmente el incendio. La Costera y la Vall d'Albaida siguen en nivel 3 de preemergencia de incendios forestales, por lo que desde el Ayuntamiento de Ontinyent recomendaron ayer «extremar las precauciones».
