El Ayuntamiento de Quatretonda recorre los últimos pasos de un largo trayecto que culminará con la aprobación definitiva de su primer Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). El documento, cuya versión inicial se encuentra en fase de exposición pública hasta el 6 de marzo, pondrá fin a un periodo de casi 20 años en los que la localidad ha estado funcionado con unas normas subsidiarias desfasadas en materia urbanística. El futuro instrumento de planificación, junto a los estudios ambientales y territoriales estratégicos, se adapta a las últimas modificaciones legislativas y normativas y define el desarrollo de la población durante las dos próximas décadas.
La hoja de ruta comenzó a diseñarse en 2010. A expensas de que la Generalitat dé luz verde a la memoria preliminar, el alcalde de Quatretonda, Enrique Benavent, se muestra «contento» de que por fin el proceso se haya adentrado en la recta final. «El PGOU delimita el futuro de nuestro pueblo a 20 años vista y nos permite hacer las cosas bien hechas», señala. Entre las últimas correcciones introducidas a requerimiento de la administración autonómica y a raíz de las alegaciones recabadas, se regula una zona de chalés diseminados que no estaba contemplada inicialmente y ha tenido que suprimirse el trazado de la variante proyectada para evitar el paso del tráfico de la CV-610 por el centro del pueblo. La Dirección General de Evaluación Urbanística lo considera incompatible con la infraestructura verde que atraviesa y con la preservación del paisaje.
El alcalde asegura que el PGOU prevé «un crecimiento realista» de la población, adaptado a la actual coyuntura económica. La versión inicial centra el desarrollo a corto plazo —durante los 4 primeros años de vigencia—en la consolidación del suelo urbano ya contemplado en las normas subsidiarias, con una ligera ampliación hacia el oeste y el sur para mejorar la imagen de la fachada urbana. A medio plazo —en un periodo estimado de 10 años—, el PGOU se traza el objetivo principal de consolidar el modelo territorial propuesto a través del remate de la trama urbana de Quatretonda, mediante la ejecución de una serie de infraestructuras viarias en el casco urbano y el desarrollo del sector residencial «El Puntarró», ya consolidado aproximadamente en el 50% de su extensión. También se planea la urbanización y mejora de accesos del polígono industrial «Sequiars». Este sector dispone de una superficie de 132.000 m2 de suelo, un 20% del cual ya está ocupado por naves preexistentes dispersas. El ayuntamiento promovió en 2008 un Plan Parcial para desarrollar la unidad de ejecución por gestión directa, pero el proyecto no terminó de completarse. Según Benavent, este ámbito, de reducidas dimensiones, es adecuado a la demanda existente, aunque el propósito es que pueda dar cabida a nuevas empresas. «Había en mente un polígono más grande, pero la crisis no lo permite», subraya.
En un plazo de 20 años, el crecimiento urbanístico de Quatretonda se focaliza en la zona norte. El PGOU programa nuevos desarrollos de suelo exteriores al casco urbano y la urbanización del Sector Residencial Norte. El Plan de Ordenación pormenorizada tramitado simultáneamente ofrece suelo disponible para edificar en cuatro unidades de ejecución residenciales en caso de demanda.
La versión inicial del Plan General proyecta un horizonte urbanístico capaz de hacer frente a un eventual incremento de población, en virtud del cual Quatretonda pasaría de 2.338 a 4.185 habitantes empadronados en los próximos 20 años. El estudio demográfico que acompaña al PGOU ofrece, sin embargo, una estimación más realista basada en la evolución negativa del padrón de residentes en los últimos años y apunta a que localidad no rebasaría los 2.600 habitantes en 2033.
Utilización «racional» del suelo
El futuro instrumento de planificación sitúa en 31,72 hectáreas la superficie de suelo urbanizable en Quatretonda, frente a las 13,29 hectáreas contempladas en las normas subsidiarias actuales. La extensión prevista de terrenos de tipología urbana aumentaría de 54,55 ha a 62,78 ha, mientras que el suelo residencial se incrementaría en 264.616 m2, sobre todo debido a la planificación del Sector Norte, donde además podrían destinarse 21.000 m2 a la construcción de viviendas de protección pública (VPP). El suelo para actividades económicas programado aumenta en 99.000 m2.
El PGOU, asimismo, define una serie de espacios de elevado valor cultural e incluye entre sus objetivos una «utilización racional» del suelo y la preservación del patrimonio arquitectónico. El documento se ajusta al Plan Especial de protección del paraje natural municipal Serra de Quatretonda y a los mapas de peligrosidad de inundación establecidos en el Patricova de la Generalitat y apuesta por un «modelo territorial con un equilibrio adecuado entre la reserva de suelos para el desarrollo urbanístico a largo plazo y un consumo moderado del suelo a transformar». Además, prevé actuaciones para minimizar el impacto territorial de las viviendas aisladas levantadas en terreno no urbanizable e incluye «mecanismos de gestión urbanística adecuados» recogidos en la ley LOTUP para regularizar este tipo de inmuebles si cumplen una serie de requisitos.
