En 2011, dos fontaneros sacudidos por la crisis decidieron jugarse todos sus ahorros a una carta para diseñar en sus ratos libres un dispositivo electrónico que reduce hasta un 50% el gasto incontrolado del agua empleada en actividades tan cotidianas como ducharse o lavar los platos. Después de seis años batallando desde un garaje de Anna para hacer rentable el producto y reunir la financiación necesaria, Rafael Rodrigo y Francisco Pelegero pudieron poner por fin a la venta el sistema SmartWater bajo el paraguas de la marca IDI el 1 de febrero.

La respuesta que ha obtenido este modesto proyecto que también hace gala de ahorrar importantes cantidades de energía y de emisiones contaminantes, no podría ser más positiva. Con solo un mes en el mercado, contabilizan 70 prototipos comercializados, lo que representa más de la mitad de las ventas que preveían en un año. La calurosa acogida ha dado a estos emprendedores de Xàtiva y Anna el empujón que necesitaban para lanzarse a la conquista de Cevisama, la feria del equipamiento para el baño y la cocina de València, donde esta semana han recibido un aluvión de visitas.

«No esperábamos tanta repercusión. Todas nuestras expectativas se han visto desbordadas», resume Rodrigo desde el estand que comparten con Mobilco, empresa a la que agradecen la invitación. Solo el martes, éste cifra en 170 los «productivos» contactos mantenidos con distribuidores y mayoristas interesados en el producto, gran parte de ellos extranjeros. «Ha venido gente de Túnez, Italia o Egipto», asegura Rodrigo. Por el invento también se han interesado en la escuela de arquitectos de la Universitat Politèncica de València, que les ha ofrecido exponerlo en una presentación. IDI también exhibe contactos comerciales con otra firma asentada en California que ejerce como distribuidora.

El sistema patentado por los fontaneros con la ayuda de diversos técnicos y el apoyo de un inversor externo acumula el agua en un depósito hasta que esté a la temperatura deseada, evitando despilfarrarla por el desagüe. El usuario solo tiene que apretar un botón y aguardar a que una luz roja le avise cuando esté lista para su uso. De este modo, IDI calcula un ahorro de 52.000 litros de agua, 428 kw/h y 120 kilos de CO2 por cada 10 usos. El dispositivo evita la recirculación del agua del calentador, elimina las pérdidas térmicas en las conducciones y mejora la eficiencia energética de las calderas.

Mobiliario 3.0 eficiente y ecológico

Rodrigo subraya que el reducido tamaño del producto permite camuflarlo de forma sencilla en lavabos, muebles auxiliares o lavacabezas, dadas sus múltiples aplicaciones. «Permitimos crear un mobiliario 3.0 eficiente y ecológico», sostiene. Aunque existen otros dispositivos muy similares, el diseñado por IDI es el único que funciona a pilas -con una duración estimada de dos años-, lo que se traduce en un descenso de la factura eléctrica. Además, su funcionamiento difiere del de sus competidores. El sector de las peluquerías es, de momento, el gran nicho de mercado de este sistema que ya se ha implantado a modo de prueba en 4 establecimientos de la Costera y la Canal. Fontaneros, empresas de muebles que buscan diferenciarse o arquitectos son otros potenciales clientes, puesto que el producto halla mejor acomodo en las obras de nueva construcción. El coste del aparato oscila entre 330 y 440 euros, sin contar la instalación -entre 100 y 200 € adicionales-, pero, según sus artífices, el ahorro compensa: una vivienda puede amortizar la inversión en un año; una peluquería, en 6 meses.

Las dificultades iniciales llevaron a Rodrigo y a Pelegero a plantearse abandonar un sueño que les ha costado miles de euros y una incalculable cantidad de tiempo. Una pequeña ayuda recibida por su cooperativa asociada y las aportaciones de otros inversores que confiaron en el proyecto les animaron a seguir adelante. «Nunca pensamos que podría costar tanto llegar a este punto. Hemos aprendido que las cosas se pueden hacer con dinero o con paciencia. El proceso nos ha servido para madurar nosotros y el equipo», reflexionan.