Familias de alumnos con autismo de Gandia piden a Educación que mantenga el profesorado el próximo curso

Los estudiantes del aula UECO del instituto Maria Enríquez han mostrado una evolución positiva que las madres consideran que se truncaría de cambiar al equipo docente

Educación alega que no es posible al ser interinos

Tres de las madres con la directora general de Innovación e Inclusión, Xaro Escrig. | LEVANTE-EMV

Tres de las madres con la directora general de Innovación e Inclusión, Xaro Escrig. | LEVANTE-EMV / Toni Álvarez CAsanova. Gandia

Toni Álvarez CAsanova. Gandia

Un grupo de seis familias de alumnado con autismo del instituto María Enríquez de Gandia ha iniciado una lucha contra la Conselleria de Educación para intentar que el equipo docente que está atendiendo a los adolescentes durante el presente curso continúe con ellos el próximo.

La petición no es un capricho, sino que está basada en la positiva evolución que han experimentado los jóvenes, y que las familias detallan en una carta remitida a la Generalitat, gracias al trabajo que están realizando estos tres profesores, que son un especialista en Pedagogía Terapéutica (PT), otra en Audición y Lenguaje y una en Educación Especial.

Durante este curso han cubierto las plazas como interinos, lo que significa que, en principio, deberían regresar a la bolsa para optar a un nuevo destino el próximo septiembre. Sin embargo, las familias defienden que se contempla la posibilidad de que, en ciertos casos, se puede permitir que se mantengan en el mismo centro y por eso han iniciado esta cruzada.

Hace unos meses, varias de las madres acudieron a València para reunirse personalmente con la directora general general de Innovación e Inclusión Educativa, Xaro Escrig. Según explican a Levante-EMV algunas de las madres, allí le trasladaron la situación y la representante del Consell coincidió con ellas en que era la mejor opción para los jóvenes. La satisfacción al acabar la reunión fue máxima entre las familias, que se marcharon tranquilas.

Sin embargo, después recibieron una notificación a través de correo electrónico en la que se les indicaba que no era posible. Desde la Conselleria de Educación aseguraban «entender» la situación pero explicaban que la única forma de mantener esos puestos de trabajo era mediante el sistema de comisión de servicio, el cual está reservado para funcionarios de carrera y no para personal interino, como es el caso.

Lejos de resignarse, las familias pretenden llegar hasta el final. Para ello cuentan con importantes apoyos, como el del propio director del centro en el que estudian, Rubén Malonda, que lo ha plasmado en la firma de un documento, e incluso de la concejala de Educación, Esther Sapena.

Además, la terapeuta que atiende al alumnado en el gabinete Mira’m, es decir, que trabaja con ellos día a día y conoce a la perfección su realidad, recomienda en un informe «que el profesorado que atiende esta aula siga atendiendo la misma el próximo curso académico», lo cual, viene dado por «la demostración de profesionalidad en este ámbito de a educación».

El documento que las familias han hecho llegar a la conselleria detalla, además que estos tres docentes han colaborado de forma directa y activa con el gabinete terapéutico, por lo que «siempre han estado a nuestra disponibilidad cuando se les ha requerido, ya que se ha tenido un constante y fluido traspaso de información mediante reuniones periódicas».

Motivos para que se queden

Igualmente, las familias han enviado un escrito en el que detallan los motivos por los que desean que el equipo docente continúe el próximo curso con sus hijos.

En la misiva señalan que estos profesionales «conocen perfectamente las necesidades educativas de nuestros hijos», indicando, en ese sentido, que «que si entrara alguien nuevo tendría un gran desconocimiento». Añaden, además, que se trata de chicos que necesitan rutinas y que un cambio les generaría «frustración, ansiedad y crisis» y que el actual equipo docente «sabe actuar ante cada conducta de nuestros hijos» o que «sabe comunicarse con cada uno de ellos» y «adaptan cada asignatura a sus necesidades educativas».

Las familias señalan que los adolescentes acuden a clse «contentos e ilusionados» y que se sienten «felices» por «aprender algo nuevo con ellos cada día».