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Estamos de enhorabuena

como todo el mundo sabe, una casa no son solo cuatro paredes, aunque éstas sean necesarias para empezar. Una casa es el lugar en el mundo donde las personas saben que serán bien recibidas y podrán encontrarse con gente a la que estiman. Una casa es el sitio donde los seres humanos se forman recibiendo influencias y asumiendo valores de una forma íntima y profunda. Donde se crece en cuerpo y alma y se puede buscar ayuda cuando los problemas se amontonan. Es un refugio donde se pide consejo y orientación y se encuentra cobijo frente a las inclemencias para resguardarse cuando la tormenta arrecia o se disfruta de amparo cuando una se siente débil y vulnerable.

Así va a ser la Casa de les Dones de Xàtiva, anunciada recientemente por la concejala de la Dona, Cesca Chapí, dando cumplimiento estricto al pacto suscrito por los tres grupos políticos que hoy gobiernan la ciudad. Ese acuerdo sobre la Ciudad Violeta, previo a su éxito electoral, fue una mancomunada declaración colectiva sobre las políticas de obligado cumplimiento que eran necesarias para mejorar la situación de las mujeres de esta ciudad. Cincuenta medidas que esperan hacerse realidad a lo largo de la legislatura. La Casa de les Dones ha tardado en conseguirlo, generando una larga espera en la que siempre subsistió la confianza, como así ha sucedido, de que los compromisos con las mujeres no serían traicionados.

Xàtiva contará con una Casa de les Dones como tantas otras ciudades de similar importancia: Xirivella, Quart de Poblet, Aldaia? Estará ubicada en el edificio de La Ferroviaria, tomando evidentemente las medidas necesarias para no dañar de ninguna manera los intereses de cualquier otro colectivo. Y será una casa que nadie poseerá en exclusiva sino que será útil y accesible a todas las vecinas de la ciudad. Una casa de puertas abiertas, plural, donde no harán falta carnets de ningún tipo para entrar, tomar asiento y sentirse cómodas en buena compañía y con grandes expectativas. Un casa con una finalidad muy determinada, que no es sólo albergar físicamente a las mujeres o sus asociaciones, sino ofrecerles el espacio que necesitan para desarrollar todas aquellas actividades que les son necesarias para obtener una mejor posición en la vida, la habitación propia, como decía Virginia Woolf.

Es allí donde las vecinas que no consiguen encontrar la ocupación que buscan encontrarán apoyo y formación para conseguirlo. Donde las que precisan asesoramiento, jurídico o psicológico podrán hacer la consulta necesaria. Donde se abrirán las puertas para las que no nacieron aquí pero quieren construir un futuro socarrat para ellas y sus familias; donde se podrán desarrollar actividades formativas que den respuesta a las inquietudes culturales de las mujeres. Donde romper esa brecha digital que convierte a muchas mujeres en analfabetas digitales.

Coherencia y respeto

Pueden estar satisfechos los hombres de esta ciudad porque se proclama con hechos que las mujeres, sus compañeras de vida, sus hermanas, hijas o nietas cuentan con el respeto que merecen y pueden aspirar a construir el proyecto de vida que quieran, sustentado en el apoyo incondicional de una institución tan cercana y esencial como su ayuntamiento. Pero sobre todo están de enhorabuena, las mujeres de la ciudad, todas ellas, independientemente de su ideología o condición. Porque no nos han hecho graciosamente un regalo que tengamos que agradecer con sonrisas. Lo que han hecho es cumplir una promesa que fue suscrita con las mujeres de la ciudad hace más de dos años. Y tal demostración de coherencia y respeto, es muy de agradecer después de tanto tiempo de incumplimientos, mentiras y humillaciones.

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