Lo adelantó Levante-EMV y sólo ha habido que esperar la confirmación. Pese a la extraordinaria trayectoria deportiva del Olímpic, su presidente, Kike Alcázar, deja el cargo. El club confirmó ayer a través de un comunicado que Alcázar abandona la presidencia. La nota no dice quién será su sustituto, pero salvo sorpresa mayúscula todos dan por hecho que será Javier Úbeda, después de una recomposición de la junta que tuvo lugar el sábado. La nota oficial del club —primera que emite el Olímpic durante todo este conflicto— apela únicamente a «motivos personales» y no reseña las graves diferencias entre los componentes de la directiva y Alcázar, que ha sido el detonante para la marcha del hasta ahora dirigente.

La nota oficial del Olímpic dice que «tras ostentar el cargo durante casi dos temporadas, Enrique José Alcázar Peralta ha decidido dejar la presidencia del CD Olímpic», y añade que «llegó al cargo el 29 de junio de 2015 para tomar el relevo de Alfonso Rus. El exjugador blanco puso fin entonces a su carrera futbolística para presentar la única candidatura a la presidencia del club y otorgarle así continuidad. Durante estos meses, el Olímpic ha establecido las bases de un ambicioso proyecto a largo plazo y no ha dejado de crecer a nivel institucional. Sin llegar a concluir su segunda temporada al frente del club —prosigue la nota— Kike Alcázar ha presentado su dimisión por motivos personales y ha concluido así su etapa directiva en la entidad. Desde el Olímpic queremos agradecerle su entrega y dedicación», finaliza el texto.

El discurso oficial no alude en ningún momento lo que realmente ha sucedido. Tal como señaló este diario, el directivo del Olímpic Kamal Ait Adjejou, empresario argelino afincado en Xàtiva, estaría inyectando dinero en el club a través de sus empresas. Sin embargo, el club atravesaba una grave situación económica jalonada incluso con impagos a la plantilla. Este directivo (y el resto de la junta) ha mantenido serias discrepancias con Alcázar que derivaron en un ultimátum: que dejase el club antes de una determinada fecha del mes de marzo. Todo apunta a que Alcázar se resistía a ello. Pero había demasiadas evidencias de que el presidente estaba sentenciado, ya que no acudió a La Murta al partido Olímpic-Almoradí del 19 de marzo e incluso su directiva, al margen de él, trató de poner al día los salarios de la plantilla.

Sin ningún respaldo

Que Alcázar dejara realmente el cargo era cuestión de días, puesto que tampoco tenía el respaldo de la plantilla ni el del ayuntamiento. Y es que el consistorio está teniendo dificultades para satisfacer la subvención que destina al club porque no está al día en determinados pagos a la Administración. La mala situación se extiende a los arbitrajes. El Olímpic sólo paga los árbitros del primer equipo, pero lleva semanas sin pagar los del fútbol base. De hecho, ha negociado con el Comité Territorial de Árbitros que se cobre lo que les adeuda a cargo de una subvención pendiente de la Federación.