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Ciutat de les dones

Euros contra la violencia

En lo que llevamos de año han asesinado a 32 mujeres y son cinco las criaturas muertas con el único objeto de causar más daño. Dos millones y medios de mujeres sufren violencia en la pareja, cada ocho horas una mujer es violada en España y un millón y medio padece violencia sexual fuera de la pareja. Son las cifras del horror. Por eso, hoy jueves 25, siguiendo el llamamiento del Consell de les Dones de Xàtiva, una vez más se concentrará la gente en la puerta del Ayuntamiento de Xàtiva y, asimismo, en Madrid está convocada una manifestación. Ambas iniciativas, con objeto de dar fe de que no son olvidadas; de condenar a los culpables y exigir una definitiva solución.

Porque la violencia de género tiene solución. Parece que no la hay en razón de su persistencia, pero la hay, aunque no es fácil ni sencilla. Exige un enorme consenso social, sustentado en una clara voluntad política que se ha de demostrar en la asignación de los medios necesarios para resolver el problema de fondo que alimenta la violencia machista, que no es otro que la desigualdad.

Porque si hubiera igualdad en este mundo desigual, y desaparecieran las dependencias económicas y afectivas a las que están sometidas las mujeres, si las niñas tuvieran que luchar por un futuro tan difícil como el de cualquiera, pero no más, es muy posible que a los maltratadores y asesinos de mujeres les costara más encontrar a sus víctimas.

Sin embargo, es evidente que la violencia machista no se derrota, ni la igualdad será realidad, sólo con minutos de silencio. Ni tampoco con algunas actitudes que no colaboran demasiado: la de quienes no hacen suyo el problema y se mantienen a cubierto. O la de quienes, ante los esfuerzos realizados, más o menos exitosos y casi siempre mejorables, siguen la insana costumbre de criticar, aunque sea hincando el diente en aspectos secundarios, aunque así se desacrediten, sin embargo, los avances realizados.

Luchar contra la violencia tiene un precio. En euros. Y no parece que quieran hacer este gasto quienes manejan las cuentas del reino y a la hora de la verdad, solos antes sus macrocifras, deciden asignar a la lucha contra la violencia machista un 0'0001 del Presupuesto del Estado, unos 28 millones de euros, que es un 11 % menos de lo que se dedicaba hace siete años. Viene a ser, dicho de otra forma, como si de un salario de 1800 euros se dedicaran 2 euros a la protección de las mujeres de la familia amenazadas de muerte por el machismo. Es la fantástica cantidad de 6'9 euros al año destinados a cada mujer que sufre violencia.

Financiación es solución

Nadie en su sano juicio se alinea con los maltratadores, ni enarbola la bandera de la desigualdad, pero esa falta de coherencia presupuestaria proporciona coartada a la violencia machista, porque no hacer significa dejar hacer. La promesa de un Pacto de Estado para afrontar el problema sin fisuras desde todos los ámbitos sociales, hace aguas a la vista de estos presupuestos. Desaparece por el desagüe la magnífica energía colectiva generada si no se financian debidamente los recursos de prevención y protección necesarios y se articulan los medios para lograr el cambio cultural necesario que nacerá en las escuelas y prenderá en la sociedad. Luchar por la igualdad es construir un edificio con frágiles materiales, a merced de vientos y tempestades, hasta hacerlo tan fuerte que las mujeres queden protegidas en él. Se trata de colaborar para que se levante fuerte y triunfante y no de soplar para derribarlo. Y de pagar el precio correspondiente. En euros.

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