La consellera Elena Cebrián reconoció ayer la complejidad del procedimiento iniciado hace dos años para reconducir el modelo de gestión definido en el Plan Zonal que engloba las comarcas de la Costera, la Canal, la Vall d'Albaida, el Valle de Ayora y la Safor. Cebrián indicó que se está llevando a cabo una «revisión necesaria» del Plan Integral de Residuos promovido por el PP para adaptar la normativa a un marco legal estatal y europeo «cada vez más exigente». «Ya no es el tiempo de los macrovertederos: hemos de ir hacia plantas de tratamiento más pequeñas y más cercanas a los centros en los que se genera el residuo», dijo, garantizando el entierro definitivo de la macroplanta de Llanera de Ranes, a preguntas del público. El proceso para dar carpetazo al proyecto, sin embargo, se está eternizando por los escollos administrativos, lo que genera grandes quebraderos de cabeza para distribuir la basura de los 93 municipios del territorio por la falta de instalaciones. Cebrián pidió tiempo para redefinir el mapa de plantas de tratamiento de las 5 comarcas «en colaboración con el COR» y para articular «nuevas estructuras y planes de gestión más flexibles y adaptados a la realidad» de un territorio «muy amplio y diverso». «Nada tiene que ver la costa con el interior», dijo. La conselleria apostó por «nuevas políticas de recogida selectiva y por la potenciación del compostaje y los ecoparques».

Otra cuestión espinosa que tuvo que responder Cebrián son las quejas de los municipios por las dificultades para retirar las ramas y los árboles caídos en la superficie forestal tras los temporales de invierno. La consellera dijo que, desde hace un mes, se están retirando la biomasa de accesos y caminos públicos y subrayó que se ha promovido una línea de ayudas para que los propietarios forestales de terrenos privados hagan lo propio.