Caímos en Copa. De nuevo se repitió lo de la eliminación en una tanda de penaltis. El miércoles, en la Murta, viví sensaciones distintas a la vivida en el último partido de la anterior temporada. Que el premio fuera importante, pero menor al del ascenso, me rebajó un poco la tensión. También el hecho de que no se tratara «del último», como también el que me pasara buena parte del partido mirando dorsales y «aprendiéndome» jugadores, nombres, posiciones y, junto a mis compañeros de grada, «puntuándoles». La actuación nefasta del árbitro me levantó, es así, algunas veces del asiento. Llegué a los penaltis algo excitado por las ocasiones no aprovechadas por el Olímpic y por la intervención de Paco en la última jugada del Olot. Y luego, ya lo saben, el portero rival paró el tercero y fue suficiente para eliminarnos porque nadie falló más.
Sensaciones distintas al partido contra el Écija porque no salí de la Murta decepcionado, más bien todo lo contrario. En la promoción el rival fue mejor que nosotros, el Olot no lo fue. El Olímpic hizo un buen partido ante un rival de superior categoría. Se vació. Tuve la ocasión de «engancharme» de nuevo. Ya me sé el nombre de los jugadores y hay quien empieza a caerme especialmente bien.
No jugaremos ante el Alcoyano pero estoy ilusionado. No salí decepcionado, en todo caso algo resignado pero contento por el buen partido visto. Este domingo toca liga. Allí estaré. Por cierto: 400 espectadores. Creo que es un buen número para un partido de pago y entre semana, y en agosto. Y nuevo servicio de bar en el campo que agotó los bocadillos de embutidos. Las penas, con un buen bocadillo, son menos penas.
