Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Priorizar inversiones

Que el Consell aprueba una inversión de 685.000 euros para el ARRU de Ontinyent, fruto del convenio de colaboración entre la Conselleria d'Habitatge, Obres Públiques i Vertebració del Territori y Al ayuntamiento de Ontinyent, ¡fantástico!, esa suma permitirá «gestionar las actuaciones del Área de Regeneración y Renovación Urbana (ARRU) de Ontinyent para el año 2017». Que el consistorio ontinyentí «ya ha asignado las obras en l'Altet, Sant Vicent y el Pla que suponen una inversión de 1,6 millones de euros», y que forma parte de los proyectos de modernización de polígonos industriales de Ontinyent, pues miel sobre hojuelas. Sobre todo si las ayudas para materializar los tres proyectos procede del Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial, IVACE (el 70%), pero también del ayuntamiento (30%). El objetivo de la cuantiosa inversión persigue, según las fuentes municipales, «la modernización de los tres polígonos industriales».

La cuestión con la que chocan los buenos propósitos del batle, Jorge Rodríguez, de «modernizar y hacer más atractivos nuestros polígonos, tanto para la gente que ya trabaja como para tratar de captar nuevos inversores» es la prioridad, y por ende la falta de avales que justifiquen dichas inversiones, ya que a los actuales centenares de metros cuadrados de naves vacías, se le añaden «nuevas aceras, repavimentación, suministro de agua, mejora de alumbrado público, de saneamiento, dotación de zonas verdes, regeneración paisajística, vigilancia con cámaras, generación de energías renovables», todo lo cual es muy prometedor. Pero al parecer toda esta iniciativa, y a falta de avales garantistas conocidos, la inversión podría responder a una suma coyuntural y a una vocación de buenas intenciones, más que a sesudos estudios que lo apoyen. En consecuencia, a la vuelta de unos años podríamos encontrarnos con las mismas naves vacías actuales, pero dotadas de «nuevas aceras» y compañía, pero sin estrenar. Tanto los indicadores económicos como demográficos recientes en relación a la capital de la Vall d'Albaida no son nada esperanzadores, para los próximos lustros.

Por todo ello, la palabra «prioridad» pide paso. Un Ontinyent moderno y creciente que desafíe las poco florecientes perspectivas de futuro, precisa reflexiones serias, mucho diálogo y consenso y, en definitiva, priorizar en su aplicación hasta la última inversión. Provenga esta de la caja municipal o de otras administraciones públicas.

Sería edificante que los gestores ontinyentins tuviesen en cuenta la opinión de voces acreditadas como la de Jordi Palafox, historiador económico y catedrático jubilado de la UV, quién manifestaba claramente que «la reindustrialización no es posible: es el intento de los sectores de lograr ayudas». Palafox coincidía con una idea que proclamó en sus últimos años de vida un ontinyentí ilustre, el también catedrático Vicent Lluís Montés, al sostener frente al derrumbe de la industria textil, una vuelta a la agricultura, donde además de tener una ventaja competitiva, ambos coinciden «en la importancia de la apuesta agroalimentaria». El acento habría que ponerlo menos en «modernizar» el entorno de los polígonos, y más en la «modernización» de las empresas que restan. Se deberían tomar modelos como el clúster del zapato en Elx y Elda, con su boyante puesta al día.

Compartir el artículo

stats