Algún día pasará algo. ¿Cuántos de ustedes no han oído o pronunciado esta frase que bien analizada es muy grave pero, a la vez, muy común en nuestra sociedad? Pues bien, hace dos semanas fui a por mi hijo al colegio y, al pasar por la rotonda de la entrada de Xàtiva -comúnmente conocida como la de McDonald's- me dice: «Ayer atropellaron a una amiga mía aquí papá».
Y me vino a la cabeza la dichosa frase del encabezamiento. Pensé entonces si es preciso que pasen las cosas, incluso las más graves, para que nuestros responsables políticos tomen algún tipo de decisión, pero, antes de emitir ninguna palabra malsonante, volví a la puerta del Colegio Claret e intenté ir a McDonald's andando, como la clase de mi hijo decidió hacer para celebrar el primer día de clase.
No hay ningún paso de cebra en este tramo, no hay manera de llegar allí sin correr ningún riesgo porque, aunque parezca mentira no hay ningún paso habilitado. Entonces me pregunto: ¿Qué hay más importante que la seguridad de nuestros hijos? ¿Qué gasto tiene la corporación municipal más importante que ese?¿Qué tiene que pasar?
Por suerte, Meli está bien, pero el accidente está ahí, la culpa no es de ella ni del conductor: la culpa es nuestra por no poner los medios suficientes.
La mañana siguiente voy al Hospital Lluís Alcanyís, como tantos días por cuestiones de trabajo, y, al llegar a la rotonda, como siempre veo coches por todos los sitios, personas con evidentes problemas de salud andando por el arcén, sillas de ruedas sorteando obstáculos...
Y entonces vuelvo a pensar lo mismo una vez más: algún día pasará algo...
