La Asociación Empresarial de Talleres de Reparación de Vehículos de la Comunitat Valenciana (Astac), que agrupa a más de 90 establecimientos de las comarcas centrales y tiene su sede en Xàtiva, ha iniciado una cruzada contra la «injusta» y «desproporcionada» factura que cada año asume el sector a cuenta de la tasa de basura del Consorcio de Residuos V5 (COR). El colectivo no se opone a pagar el impuesto, pero reclama una «rebaja coherente y sustancial» de la tarifa que se aplica a los talleres, teniendo en cuenta que la inmensa mayoría de los residuos industriales que generan no son arrojados al contenedor, sino entregados (previo pago) a un gestor autorizado que se encarga del proceso.
Astac comparte reivindicación con la asociación de comerciantes y empresarios Xacex, que aglutina a un entramado de numerosas pymes y pequeños negocios que también se sienten agraviados por la tasa. Unos y otros piden que el precio se ajuste más a la cantidad de basura y a la contaminación que producen, así como al gasto que representa su tratamiento para la administración. Ambos colectivos se reunieron el 6 de septiembre con el gerente del COR, Sergi Pérez, para plantear una propuesta común con la mirada puesta en los empresarios y comerciantes que generan unos residuos asimilables a una vivienda particular.
Pérez encontró razonable la demanda empresarial y se comprometió a trasladarla a la comisión de gobierno. En breve, el gerente tiene previsto otro encuentro con las asociaciones para transmitirles los cambios de calado que el COR prevé introducir en la ordenanza fiscal de 2018, precisamente en la línea de beneficiar a los pequeños negocios. Así, van a incorporarse nuevos tramos diferenciados en cada uno de los grupos de actividad en los que se clasifican las empresas, con el objetivo de propiciar una mayor justicia tributaria y adaptar la tarifa en función de la basura generada. Además, el COR va a incrementar el gravamen aplicado a los grandes productores de residuos. Solo en Xàtiva, se estima un incremento de 60.000 euros en la recaudación por este concepto.
Juan Bautista Tortosa, abogado y representante de Astac, subraya que los residuos contaminantes de los talleres -aceites, vidrios, metales, disolventes o productos químicos- son tratados por empresas externas mediante contratos que asumen los establecimientos. «Todo esto cuesta cantidades importantes de dinero y la crisis sigue pesando mucho», incide. «Salvo el cartón y poco más, todo lo demás lo tenemos que gestionar vía privada y sin ningún gasto de gestión para el ayuntamiento ni para el COR. ¿Por qué un taller que, como mucho, puede generar una bolsa de basura tiene que pagar mucho más que una vivienda que produce aproximadamente la misma cantidad? Es una tremenda injusticia», insiste Tortosa, que apela al cumplimiento real de la máxima del COR de «que pague más quien más genere».
Satisfacción por la buena acogida
La problemática es compartida por comercios y pequeñas empresas ligadas a otros sectores que producen pocos residuos. En la actualidad, la tasa se calcula en función del tipo de actividad y de los metros cuadrados que ocupa cada negocio. Tanto Xacex como Astac han mostrado su satisfacción por la buena acogida que ha dado el COR a su propuesta, con la esperanza de paliar la presión fiscal que soportan sus asociados, que «en muchas ocasiones precariza y hace peligrar la supervivencia de las empresas», apuntan.
