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Xàtiva endurece la normativa de las terrazas para atajar el «descontrol»

El ayuntamiento regula el marco sancionador ante la ineficacia de la anterior ordenanza y prevé multas de hasta 1.500 euros Los hosteleros también tendrán que pagar por los soportes para los menús y las jardineras

Terraza del bar Moncho antes de una mascletà de las Fallas. perales. iborra

La ordenanza municipal que el gobierno de Alfonso Rus articuló en 2013 para poner coto a la proliferación de cerramientos en las terrazas de los establecimientos hosteleros de Xàtiva ha pasado a mejor vida. El tripartito surgido del Pacte de Sant Domènec ha acometido una profunda revisión de aquella normativa, que se ha demostrado ineficaz, plagada de grietas y excesivamente laxa para atajar los conflictos derivados de la ocupación de la vía pública. Los actuales gobernantes la culpan del «descontrol» reinante porque carece de una regulación sancionadora clara para castigar las infracciones.

Aunque la corporación ha reforzado las inspecciones, se ha topado con no pocas dificultades para erradicar determinadas situaciones. El nuevo texto se ha elaborado a instancias del propio personal y es un documento minucioso de 40 páginas que se aprobó inicialmente en el pleno del 28 de octubre con la abstención de PP y Ciudadanos.

El documento, que se halla desde ayer en la fase de exposición pública y puede ser objeto de reclamaciones y sugerencias antes de entrar en vigor en 2018, endurece los controles sobre las terrazas hosteleras para que no excedan de lo autorizado y pone especial énfasis en el procedimiento sancionador y en las facultades de los funcionarios para inspeccionar su cumplimiento. El número de infracciones tipificadas se multiplica por dos en un marco específico que fija multas de 375 euros (las leves) a 1.500 euros (las muy graves). «Nos dimos cuenta de que la aplicación de la ordenanza anterior era imposible: no tenía ninguna norma que permitiera interponer sanciones», resumió en el pleno la edil de Urbanismo, Cristina Suñer, para defender la revisión, antes de garantizar que en 2018 se aplicará de forma «real, clara y no discrecional».

El nuevo articulado amplía el ámbito de aplicación de la ordenanza para englobar aquellos elementos auxiliares que copan la calle y no son mesas y sillas, como las pizarras u otros soportes que anuncian los menús, máquinas expendedoras, las jardineras o las estufas: se pagará entre 5 y 15 euros por elemento, según la zona. Lo mismo ocurre con otros objetos eventuales, como los castillos hinchables, antes en un vacío legal.

Las autorizaciones otorgadas por el ayuntamiento tendrán carácter anual o de temporada estival (del 1 de marzo al 30 de octubre) y se irán renovando. En el mes de agosto se precisará un permiso diferenciado para la Fira. El horario se mantiene como hasta ahora, aunque si antes los propietarios disponían de media hora para desmontar la instalación, ahora ha de efectuarse dentro de la franja autorizada. El arrastre de elementos queda específicamente prohibido para no molestar al vecindario.

Objetivo: no obstaculizar el paso

Las sillas y mesas deberán ajustarse a los tipos homologados por el consistorio y a las dimensiones definidas. En cada instalación, todos los elementos han de ser del mismo color, material y diseño. El documento es especialmente sensible con no obstaculizar el paso de los viandantes o la entrada a las casas. Además, ha de garantizarse la accesibilidad a las terrazas para cualquier persona y evitar situaciones de peligro en el caso de los invidentes. No se autorizarán terrazas en aceras de menos de 3 metros de anchura y deberá mantenerse una banda libre peatonal de como mínimo 1,20 metros.

En el casco antiguo se exige un informe técnico específico. Los veladores solo se autorizarán del 1 de octubre al 31 de marzo y tendrán que ser de color crema. En abril y septiembre podrán mantenerse si no están completamente cerrados, aunque seguirán estando prohibidos en la Albereda, Selgas, la Bassa, el Españoleto y el centro histórico.

Suñer subrayó la necesidad de «establecer límites y poner normas para mejora la convivencia entre viandantes y empresarios: entre el ocio, el negocio y el derecho de los ciudadanos». La edil admitió más descontrol los fines de semana y por las tardes, cuando no se suelen efectuar inspecciones, aunque la situación se quiere revertir. También se ha aprobado una ordenanza específica de la ocupación de vía pública para las fiestas de navidad.

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