Efebofilia. Este es el concepto que utiliza el periodista Albert Torras (Terrassa, 1980) para definir la actitud en el siglo XV de Alfons el Magnànim y su coetáneo Ausiàs March hacia los adolescentes de su mismo sexo. No es que haya encontrado documentos que prueben la homosexualidad del monarca de la Corona de Aragón y el poeta, ni que el autor considere que se pueda afirmar con certeza que compartían esta orientación sexual, pero sí que "nos han llegado documentos históricos y estudios modernos que avalan" esta efebofilia, "que no es otra cosa que la excitación de un hombre adulto hacia un adolescente", afirma.

Torras acaba de publicar Gais i lesbianes de la historia de Catalunya. Aunque el título pueda dar a entender que se circunscribe al Principado -fue una decisión al final de la editorial, explicó ayer el autor a Levante-EMV-, se trata de una relectura de la historia de los territorios de la vieja Corona de Aragón en clave homosexual.

El investigador advierte que lo que sí que está documentado es la preferencia heterosexual de Alfons V (1396-1458) y su halconero mayor, Ausiàs March (1397-1459). No obstante, cree que de los relatos sobre su vida se puede concluir que experimentaban "ciertos deseos carnales o atracción por jóvenes de su sexo".

El principal dato que maneja Torras para teorizar sobre una posible homosexualidad del Magnànim es "la obsesión enfermiza" por Gabriele Correale, un apolíneo joven de buena familia, en la que cayó el rey en 1442. Ha quedado reflejo de ello en algún documento italiano de la época, que dice que el monarca, "pese a que no tenía inclinación por los amores impuros, quedó prendado de su gracia y belleza, y procuró obtener disfrute, y encontró en ello tanta satisfacción, y se encaprichó tanto, que siempre lo tenía a su lado", a pesar, precisa el escrito histórico, de que sus más cercanos advertían el "gran e impúdico amor que el rey sentía por Gabriele".

El efebo murió antes de alcanzar los 19 años y Alfons el Magnànim "casi se volvió loco", agrega el documento. El dolor fue tanto que mientras estaba enfermo lo visitaba todos los días y "muchas veces le daba la comida con las reales manos".

Para Torras, de lo que no hay duda es que el monarca -muy vinculado a la esplendorosa Valencia del siglo XV y del que la Generalitat celebró en 2008 el 550 aniversario de su muerte- fue lo que hoy se diría un "gay friendly" (amigo de los homosexuales). Lo demuestra, dice, que nombrara como secretario personal a Antonio Beccadelli, un historiador siciliano del que ha quedado constancia su bisexualidad.

Torras, que advierte que se trata siempre de "fuentes que he ido encontrando", reúne en su libro personajes tan dispares como los del emperador Adriano, Plaerdemavida (cita eróticos pasajes con Carmesina del Tirant lo Blanc), Margarita Xirgu o incluso Cervantes, para que el une la teoría de que era catalán y de su encierro en Orán acusado de sodomía.

De los condenados por la Inquisición a los perseguidos por las leyes del franquismo

No todos son personajes conocidos de la historia los que desfilan por las páginas del libro de Albert Torras. Muchas están dedicadas a seres desconocidos, perseguidos por su condición de homosexuales. Un capítulo muy importante es el dedicado a la Inquisición. Según el cuadro estadístico que aporta el autor, el Santo Oficio condenó en Valencia por sodomía a 359 personas entre 1566 y 1725. Lo más sorprendente es que las denuncias iban acompañadas de una investigación pseudoforense que ha dejado documentos curiosos. Torras cita algunos de estos textos, como el referido a Francesc Roca, llamado "el hermafrodita" en 1649 por un testigo de sus supuestas prácticas homosexuales. Cuatro médicos lo examinaron y su conclusión fue que "tenía un miembro natural de hombre con las medidas de hombres perfectos, y que no tenía nada de mujer. Con respecto al orificio posterior, lo tenía un dedo más grueso de lo normal y acostumbrado". Con tal crudeza se las gastaba la Inquisición valenciana. Pero el trabajo del periodista llega hasta personajes vivos, como Antonio Ruiz, presidente de la Asociación de Ex Presos Sociales. El valenciano es uno de los 4.000 homosexuales que estuvieron encarcelados durante el franquismo.