Si alguien en la Diputación de Valencia creía que cerrar el espacio actual de la sala Parpalló (en la calle Alboraia de Valencia) para sumergirla en el magma del MuVIM no iba a movilizar sensibilidades se equivocó. Ayer se demostró. En un mundo tan dado al individualismo como el artístico, la convocatoria de las principales asociaciones de críticos y artistas visuales a una "visita masiva" reunió en la tarde de ayer a más de 200 personas, que llenaron la sala.

No hubo manifiestos ni declaraciones. Fue simplemente un acto "civil" de apoyo a otro espacio artístico que parece que va a desaparecer. "Una forma de reivindicarlo y de decir que queremos que continúe", explicó a Levante-EMV el presidente de la Asociación Valenciana de Críticos de Arte (AVCA), José Luis Pérez Pont.

La entidad que agrupa a los artistas visuales (Avvac) se adhirió a la llamada. En un comunicado lamentó ayer lo que considera un "cierre encubierto" bajo el disfraz de un traslado y rechazó los argumentos de ahorro económico, pues "el dinero dedicado a las artes visuales contemporáneas es un gasto manifiestamente insustancial", señaló.

Mientras la movilización se producía, la directora de la Parpalló, Ana de Miguel, agradeció el apoyo del mundo de la cultura a la sala y "al proyecto desarrollado en los últimos cinco años", cuando el espacio se emancipó del MuVIM para establecerse en el antiguo refectorio del convento de la Trinidad. De Miguel declinó profundizar en la situación porque "no sé mucho más" y está a la espera de que le notifiquen dónde irá la sala. En todo caso, "lo fundamental es que se mantenga el proyecto y la línea de trabajo", dijo.

Los críticos no se plantean ahora más protestas, a la espera de que la diputación responda y garantice el futuro de la Parpalló.