Como los auténticos rockeros, Carlos Tarque, cantante de MClan, dice lo que piensa tal y como lo piensa. El veterano grupo murciano acude esta noche (22.00 horas) a la sala París 15 para presentar su más reciente trabajo, Para no ver el final, un álbum que huele a soul y a equilibro.

Alcanzar los primeros puestos en las listas de ventas de discos y llenar las salas a las que acuden es una muy buena noticia, sobre todo con la que está cayendo.

Para nosotros, desde luego que lo es. Estamos haciendo algo que no hacíamos hace años: presentaciones en salas de mediano aforo, y la verdad es que estamos teniendo muy buena acogida. Es un reencuentro con la gente que realmente quiere venir a vernos y es algo muy satisfactorio.

Así se siente más cercano el cariño de los admiradores...

Sí. Es como estar haciendo el amor con una chica a la que realmente le gustas.

El soul, que posee un tempo más calmado que el rock, ha entrado con fuerza en este disco. ¿Le echamos la culpa a la madurez?

No lo sé. Ha surgido de una manera natural. En nuestros primeros discos, cuando éramos jóvenes y rockeros, ya había un poco de este sonido de sección de metales. De hecho, nuestro primer álbum lo grabamos en Memphis y contamos con la colaboración de los Memphis Horns, que era la sección de viento de la Stax, de Otis Redding, Sam & Dave, Isaac Hayes... Esa esencia o este color siempre lo ha tenido MClan, más en unos discos que en otros. Es cierto que el soul es el sonido más pausado, más experimentado y el sonido desde el que se dicen muchas más cosas desde dentro cuando ya sabes lo que vas a decir.

¿La estética retro del disco es una forma renegar de tanta modernidad?

Siempre hemos tenido un poco esa mirada hacia atrás sin querer caer en el ejercicio de retro. Miramos hacia atrás porque hay muy pocas cosas hoy en día que nos hagan vibrar. A mí lo que me hace vibrar de hoy en día son cosas que tienen que ver con lo antiguo que me gusta. Creo que el blues, el rock y el soul es música clásica, atemporal. Dentro de 45 años, aunque haya coches que vuelen, que lo dudo, seguirá habiendo blues y rock. No es una música que esté desfasada. Es como mirar un cuadro de Picasso: no es de ayer ni de mañana, es algo para siempre.

Ha llegado a decir que el estilo de MClan no lo hace nadie en este país, pero ahí están Pereza, Fito, Loquillo y Los Perros del Boogie, entre otros...

No digo que el rock esté acabado. El otro día vi un reportaje sobre Led Zeppelin en 1971 y le preguntaban a Robert Plant y a Jimmy Page cómo veían el rock en Inglaterra. ¡Y decían que estaba fatal! Me partía de la risa... Creo que es una cantinela que siempre ha existido. Cada vez hay más conciertos y cada vez hay más público que acude. Pero es cierto que no podemos pasar de cero a cien en un segundo. España es un país en el que hace 20 años había pocos conciertos, por mucho que nos vendan la moto de la Movida Madrileña, de la que estamos ya hartos. Recuerdo que hace 20 años en Murcia no iba a tocar ni el loro. Como mucho, en fiestas, iba Radio Futura y gratis. Ahora en Murcia hay una agenda de 35 conciertos un fin de semana. El rock estuvo de moda en los ochenta y molaba tener un grupo. Tener una banda ya no está de moda. Los ídolos de ahora no son músicos: son los futbolistas y los retrasados mentales que salen en Gran Hermano. Hay muchas cosas, pero es cierto que, en el mundo del rock, hace mucho que no pasa algo potente en España desde Extremoduro.