Los escombros también pueden ser valiosos objetos de arte. Sobre todo, si se trata de fragmentos del trencadís de Santiago Calatrava que hasta hace pocas semanas cubría el Palau de les Arts. Es lo que piensa el Octubre Centre de Cultura Contemporània (OCCC) y la plataforma artística Ruïnes del futur, que el próximo viernes celebrará una «subasta benéfica» de doce trozos «auténticos» de este trencadís, retirado ocho años después de su colocación a causa de los desprendimientos que se produjeron.

Los fondos que se obtengan se destinarán al colegio 103 de Valencia, «situado a escasas manzanas de la Ciudad de las Artes y las Ciencias y que ha sido construido en su totalidad con barracones prefabricados», señalan los organizadores.

La acción pretende aunar humor y denuncia, señaló ayer el gerente del Octubre Centre, Emili Payà, a Levante-EMV. Por ello, a cada pieza le han dado una historia: a una le hubiera gustado estar en la visita de Benedicto XVI; otra, que procede de la cara sudoeste, le apetecería formar parte de las casas del Cabanyal, otra quisiera ser Turandot?

Las piezas estarán expuestas en el citado espacio (promovido por Acció Cultural y su alma mater, Eliseu Climent) hasta el viernes, cuando el actor Francesc Anyó conduzca la subasta.

Los trozos, de entre 20 y 50 centímetos, tendrán un precio de salida que irá de los 10 a los cien euros. Según Payà, no hay un objetivo económico a alcanzar, sino que lo más importante es la denuncia que la acción conlleva, ya que la arquitectura del espectáculo ha ido unida a niños estudiando en colegios con barracones.