El cine o el cómic ha retratado demasiadas veces la vida de barrio desde una perspectiva gris, de marginalidad, visión tópica que Mario Torrecillas y Artur Laperla combaten en Dream Team, una novela gráfica que toma el fútbol de base como excusa para hablar de las ilusiones, rotas o no.

Lo primero que sorprende de este cómic es su luz, el azul puro del cielo mediterráneo de Valencia, ciudad en la que vive Enzo. Este es un chaval que respira fútbol, una religión que para él tiene su propio dios, Zidane, y cuyos mandamientos reescribe a diario para sobrevivir, sin desterrar las mentiras piadosas si éstas sirven de lubricante para las relaciones del día a día, explican los autores.

De hecho, es una mentira la desencadenante de la historia: Enzo le cuenta para animar a su padre, un macarra separado al que le gusta vestir camisas estridentes y beber en exceso, que un oteador del Arsenal le ha echado el ojo y que se lo quiere a llevar.

Dream Team (Reservoir Books) nació como un guión que Torrecillas escribió para un largometraje que no se ha concretado todavía, aunque hay dos proyectos sobre la mesa, uno como película de animación (a través de uno de los productores de Arrugas, de Paco Roca) y otro con actores de carne y hueso.

Aunque Dream Team podría haber caído en el melodrama clásico, el tono no es en absoluto lacrimógeno. «En el barrio la gente también puede ser feliz», recalca el escritor de esta novela que cuenta con el prólogo del ilustrador Juanjo Sáez.