La afición valenciana acudió en peregrinaje al festejo que estrenaba el ciclo novilleril de Algemesí. Rafael González salió a hombros el día en que se presentaba en esta preciosa y particular plaza de toros. Realizó una buena faena al segundo de la tarde, que salió suelto del caballo y acusó la desordenada y desafortunada lidia a pesar de su boyante condición. El madrileño brindó la faena a Adrián que asistió al festejo junto a su padre Eduardo y El Soro en el balcón presidencial. El niño está afrontando el toro más difícil de su vida con tenacidad y valentía de torero macho. El próximo 8 de octubre estará muy bien acompañado en el festival que llenará la plaza de toros de Valencia.

González anduvo precavido en los cites y con más oficio que el que se supone para un chaval que sumaba su quinta novillada con picadores, hilvanó una notable labor por el pitón derecho, donde surgió lo más lúcido con mando y con temple y no acusó en ningún momento la fuerte cornada recibida en Villaseca de la Sagra, de la que reaparecía.

Los pases de pecho tuvieron expresión y firma. Tras una estocada caída paseó un apéndice. En el quinto y último de la tarde, Rafael González ganó terreno en el saludo capotero y realizó un quite por chicuelinas, seguidas de una cordobesa y abrochado con una buena media. Inició su faena de rodillas y hubo profundidad pero faltó ajuste en un quehacer que ganó enteros al natural. El torero insistió con la mano derecha para realizar un final de cercanías, lleno de valentía y sucesivas espaldinas. Cortó una oreja después de pasaportar al novillo con una estocada caída y desprendida.

El que abrió plaza empujó con fijeza en los dos puyazos que recibió y González, con decisión, dejó su carta de presentación en un quite muy variado. Juan Antonio Navas anduvo dispuesto ante un novillo con embestida pegajosa y a media altura. Si en su debut con picadores, el diestro de Massanassa que hace un año en esta misma plaza destacó por su contundente habilidad estoqueadora con la zurda, a su primer novillo lo pasaportó al tercer encuentro. González, de nuevo, realizó un quite por chicuelinas que replicó por el mismo palo Navas. El valenciano brindó al público y con un discurso más sólido que ante su primero, corrió bien la mano por el pitón derecho frente a un novillo parado y que fue a menos. El joven persistió en su quehacer y, de nuevo, fue silenciado después de un pinchazo y bajonazo.

Entre las dos primeras actuaciones de los novilleros, la rejoneadora Ana Rita dejó traslucir buenos detalles toreros en una actuación llena de raza y de conexión con el público frente a un animal con motor. La portuguesa siempre intento dar el pecho con el caballo y tras un pinchazo dejó un rejonazo muy trasero. Cortó una oreja con fuerte petición de la segunda. Ambos novilleros realizaron sus labores muleteras descalzos debido a la abundancia de arena en el ruedo.