A pesar de la cruda realidad que denuncian sus canciones, Serrano llegó al foro de la cafetería "El Péndulo", en ciudad de México, dispuesto a "abrir ventanas a la esperanza".

El cantante abrió su concierto con el tema Casandra, nombre de la heroína de la mitología a la que nadie creyó cuando predijo la caída de Troya, haciendo una analogía con las advertencias de la opinión pública que en su momento rechazó la guerra de Irak.

También interpretó "Zamba del emigrante", una pieza inspirada en la realidad latinoamericana, en la que se refiere a la inmigración con la idea que las "aves migratorias siempre encuentran el camino de regreso".

Serrano dedicó esta canción a todos los mexicanos que han tenido que emigrar a Estados Unidos y dijo que los españoles son "un tanto desmemoriados porque hace dos días España era un pueblo emigrante".

El artista coqueteó con varios estilos a los que mezcló su voz que muchos comparan con la del cantautor español Joan Manuel Serrat.

En un diálogo con el público, unas 250 personas que llenaron el local, ironizó al decirles que agradecía que estuvieran con él y no con Bob Dylan, quien a esa misma hora ofrecía un concierto en otro punto de la ciudad.

"Sueños de un hombre despierto" es el séptimo álbum en la carrera del cantautor nacido en el madrileño barrio de Vallecas desde que, en 1997, apareció en el panorama musical español con "Atrapados en azul".