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El árbitro, Lesma López, fue el protagonista en el partido de ayer que enfrentó a Nàstic y Levante UD en el estadio tarraconense y que acabó con la condición de invictos de los hombres de García Plaza. Tres expulsiones, dos de ellas cuando el partido ya había acabado, incluido el técnico, y un más que dudoso penalti cometido por Ballesteros pusieron la puntilla a un Levante que salvaba los muebles ante el Nàstic hasta la expulsión de Javi Guerra en el minuto 40 por doble amarilla.

Hasta ahí, y una vez salvados los primeros minutos de aclimatación, buen partido del Levante. La ocasión más clara fue de Juanlu, quien llevando una contra se plantó en la frontal disparando ajustado al palo. Poco después, Javi Guerra cabeceó dentro del área un centro de Xisco Nadal que salió lamiendo el poste. Pese a que las ocasiones más claras fueron levantinas, el control del esférico era tarraconense, aunque infructuoso y sin crear peligro.

Pero luego llegó la expulsión. Javi Guerra se equivocó -luego lo reconocería en la zona mixta- y golpeó el balón con la mano. Lesma López no dudó en mostrarle la segunda amarilla y mandarlo a la ducha antes de hora. La roja desniveló el encuentro. Llegó el descanso, y García Plaza hablaría con los jugadores en el vestuario para que, al reanudarse el partido, el dominio fuera granota. De hecho, Samuel casi sorprende al portero del Nàstic con una falta lejana. Instantes después, los tarraconenses despertaron con dos ocasiones en pocos minutos: primero Walter hizo cantar gol a la grada del Nou Estadi, que se olvidó de que Reina jugaba, y luego Rubén Navarro remató al palo.

Comenzó entonces el asedio de los hombres de César Ferrando sobre la portería levantinista, aunque sin mayores problemas. Pero volvió a aparecer Lesma López, que quería leer su nombre en los titulares, para señalar un más que dudoso penalti de Ballesteros sobre José Mari. El propio central explica la jugada: "Él me coge por detrás, el balón cae muerto... y no sé lo que pita. El que me está agarrando es él, al saltar me apoyo en José Mari pero la falta es suya que viene agarrándome para que no salte". Rubén Navarro no dejó pasar la oportunidad de adelantar a los suyos y dar un poco de aire a Ferrando. A partir de ahí, el partido se rompió, como también los nervios de los jugadores levantinistas, que se fueron al vestuario clamando contra el árbitro.