Las autoridades de Serbia se sienten avergonzadas por la violencia de los hinchas radicales serbios en Génova, que obligó a suspender el partido de fútbol con Italia, y creen que entre los grupos ultras existe una campaña para sabotear el acercamiento del país a la Unión Europea (UE). "Alguien quiere decirnos que Serbia no está ni preparada ni madura para Europa", declaró el secretario de Estado en el Ministerio de Justicia, Slobodan Homen. Explicó que se tratan de grupos ultranacionalistas organizados que tienen como objetivo bloquear los cambios en Serbia.

Las sucesivas guerras que fragmentaron Yugoslavia sirvieron de caldo de cultivo para la expansión del nacionalismo serbio, pero desde la caída de Slobodan Milosevic en 2000, los sucesivos Gobierno serbios han emprendido un acercamiento a la UE. En declaraciones a la emisora serbia B92, Homen indicó que "no se trata de individuos ni niños que quieren protestar contra el Gobierno" sino de "grupos organizados que tienen el apoyo financiero de alguien".

La prensa menciona como una de esas fuentes al narcotraficante, Darko Saric, prófugo de la Justicia serbia. El encuentro Italia-Serbia tuvo que ser suspendido a los seis minutos de empezar debido a los graves incidentes que causaron en las gradas centenares de ultras serbios. Italia se arriesga a una fuerte sanción por permitir la entrada de violentos con armas, y Serbia podría incluso ser expulsada de la fase de clasificación de la Eurocopa como castigo.