Julián García Candau

valencia

El máximo accionista del Girona, Josep Delgado, está reclamado por la justicia de Polonia con orden europea de detención y, de momento en España, se ha denegado la extradición. Ramón Calderón, ex presidente del Real Madrid, está acusado de administración desleal y Manuel Ruiz de Lopera está pendiente de los tribunales por sus problemas con el Betis. A lo largo de la historia deportiva española han sido varios los presidentes sentenciados y condenados a cárcel. Juan Vilá Reyes, José María Ruiz Mateos y Jesús Gil y Gil son algunos de quienes han pasado por los centros penitenciarios. Por causa grave, delito fiscal y cohecho activo, ha sido condenado por la Audiencia de Barcelona, José Luis Núñez, ex presidente del Barcelona a siete años de cárcel.

No es muy recordada la condena de Luis Casanova Giner, quien fue presidente del Valencia, por el caso CIFESA. La sentencia de 6 de marzo de1963, le condenó por los delitos de falsedad, estafa y apropiación indebida. La sentencia decía de él "de profesión industrial, de buena conducta, con instrucción, sin antecedentes penales, solvente y en libertad provisional por esta causa". También fue condenado a suspensión de cargo público, profesión oficio y derecho de sufragio durante el tiempo de las condenas. La sentencia fue recurrida en el Supremo y don Luis Casanova se retiró a vivir en una finca de la provincia de Albacete. Algunos de quienes conocieron de cerca el asunto opinan que le dejó sólo su hermano Manuel.

Juan Vilá-Reyes, presidente del Español fue condenado y encarcelado por el caso Matesa (Maquinaria Textil del Norte S.A .). Vila-Reyes creó los telares sin lanzadera pero los amaños en los dineros de la exportación le costaron la cárcel. Se descubrió el fraude en julio de 1969, cuando un ministro argentino confirmó en Madrid, que sólo se habían vendido 120 telares de los 1500 exportados y que habían proporcionado las ayudas a la exportación. Matesa dejó un agujero de 10.000 millones de pesetas al Banco de Crédito Industrial que, posteriormente, cerró. Vilá Reyes fue condenado a tres años de cárcel y Franco le condonó la multa y una cuarta parte de la prisión. También quedaron exculpados los ministros Mariano Navarro Rubio, Faustino García Moncó y Juan José Espinosa San Martín.

En algunos mentideros se argumentó que el presidente españolista, amigo de ministros del gabinete denominado de tecnócratas, a quienes se atribuía pertenencia al Opus Dei, cayó en desgracia por la presión ejercida por miembros del gobierno de tendencia falangista. La época en que el club perico plantó cara al Barça con grandes fichajes acabó con la caída de Vilá Reyes. Llevó al club a Kubala, Di Stéfano, Carmelo, Marcial, Re, Rodilla, José María, Lico, Glaria, Amas y Ramírez, entre otros.

Rodrigo Alonso Fariña presidió el Celta de Vigo y también acabó en la cárcel por el negro caso del "Aceite de Redondela" (Refinería del Noroeste de Aceites y Grasas S.A). Esta empresa contrató con la Comisaría de Abastecimientos y Trasportes el almacenamiento de 12 millones de toneladas de aceite y de los depósitos desaparecieron 4.036.052 kilos cuyo valor en pesetas se cifró en 167.615.172. Posteriormente, además de cárcel, hubo varias muertes, de tinte mafioso, que fueron relacionadas con el asunto y quedaron sin esclarecer.

En los últimos años, el presidente que ocupó más páginas en los diarios y horas en los juzgados fue Jesús Gil y Gil. El fallecido ex presidente del Atlético de Madrid, fue condenado por vez primera a consecuencia del derrumbamiento de un restaurante de su propiedad en la urbanización de Los Ángeles de San Rafael (Segovia). Hubo 58 muertos y 147 heridos. La sentencia especificó que se había construido sin las debidas medidas legales. El cemento no había acabado de fraguar el día de la inauguración el 15 de junio de 1969. La construcción no contó con la firma de arquitecto o aparejador y no tuvo licencias de obra. Fue condenado, por imprudencia temeraria, a cinco años de prisión y al cabo de dos obtuvo la libertad gracias al indulto firmado por el general Franco. Aquellos días, Adolfo Suárez era Gobernador Civil de Segovia y Fernando Abril Martorell, presidente de la Diputación. A ambos le cayó encima el problema y de su relación segoviana surgió la amistad que les llevó a colaborar en el primer gobierno de la democracia.

La fama, no obstante, le llegó a Gil y Gil cuando ganó las elecciones a la presidencia del Atlético. Se convirtió en dueño del club en una operación muy hábil ya que sin poner los millones que había que ingresar para convertirlo en sociedad anónima pasó a ser máximo accionista. Hay sentencia en la que se clarificó el asunto, pero el delito había prescrito. Los dos mil millones de pesetas que precisaba para la conversión los obtuvo del crédito se los concedió la empresa Dorna con el beneplácito de Mario Conde, entonces presidente del Banesto. Fueron devueltos al día siguiente después de haber sido presentado el aval en el Consejo Superior de Deportes.

Gil y Gil volvió a la cárcel en Andalucía desde su puesto de alcalde de Marbella. El modo tan peculiar de dirigir la ciudad acabó por convertirse en el paradigma de las manipulaciones administrativas y malversaciones de fondos. Fue condenado en el caso de las camisetas y tras su nuevo encarcelamiento volvió a librarse de larga permanencia en prisión. Más tiempo pasó en el establecimiento penitenciario Tomás Reñones, ex defensa del Atlético y jugador internacional, que fue concejal de deportes de Marbella y quedó a la intemperie. Herencia de la administración de Gil es el caso "Minutas" en el que se piden siete años y medio de cárcel a Del Nido.

Tal vez el más famoso de los hombres de negocios y dueño de un club de fútbol, el Rayo Vallecano, fue José María Ruiz Mateos, protagonista del caso Rumasa que puso en solfa el entonces ministro de Hacienda y hoy marido de Isabel Preisyler, Miguel Boyer. Ruiz Mateos puso en la presidencia del club vallecano a su esposa Teresa Rivero. Incomprensiblemente, el recinto del Rayo fue rebautizado con el nombre de doña Teresa. El club, como la Nueva Rumasa, entró en problemas económicos y el final de los Ruiz Mateos fue para no recordar a pesar de las simpatías que despertó doña Teresa en el palco del estadio.