El emprendedor presidente granota Manuel Grau Torralba dio vida al Trofeo Costa de Valencia en agosto de 1972. El Levante andaba por Tercera División con muchas ganas de ascender a Segunda. Para realzar el citado trofeo y acercar su nivel a los acreditados veraniegos, -Gamper, Naranja, Carranza, Teresa HerreraÉ- desde su primera edición tuvo carácter internacional. En ella participaron el Nacional de Montevideo y el Rapid de Bucarest junto al Levante que fue el vencedor. Nos alegró su triunfo pero más contemplar las gradas del Nou Estadi con mucho público en ellas. Animado por el éxito de la primera edición, el presidente levantinista continuó con el trofeo la siguiente temporada. Esta segunda edición se celebró en un ambiente de euforia granota pues el equipo acababa de subir a Segunda y se preparaba a competir en esta categoría. Se celebró el mes anterior al golpe de estado de Pinochet en Chile y de la llegada al Levante del as chileno Carlos Caszley. Tuvo lugar en agosto de 1973 y participaron en el trofeo, además del equipo levantinista, el Santiago Wanderers de Chile y el Twente de Holanda. El equipo chileno perdió sus dos partidos y la final del trofeo enfrentó el sábado 4 de agosto a Levante y Twente. Ganó el equipo holandés dos a uno en un disputado encuentro. Las crónicas dijeron que "el Twente fue superior por su depurada técnica y justo vencedor del II Trofeo Costa de Valencia". Se adelantaron los holandeses con goles de Phalplatz y Schwemmel y redujo distancias Litri ejecutando con maestría un golpe franco. El Levante alineó ese día a Alonso; Tatono, Antonio Calpe, Cassasas, Miñez, Martínez, Terol, Litri, Alvárez, Berasategui y Juano, saliendo más tarde Juanito y Portalés. Con este triunfo el Twente inscribió su nombre con todos los honores en la historia levantinista.

Después se disputaron seis trofeos más y el resumen final quedó así: tres ganados por el Levante y uno por el Twente, el Castellón, el CSKA de Sofía, el Dinamo de Bucarest y la Universidad de Guadalajara. Una vez finalizada la octava edición del trofeo se cerró para siempre quedando como el recuerdo más brillante del levantinismo en la década de los setenta.

Los seguidores del actual y temible Twente que vengan hoy a Valencia, incluso los componentes de la expedición oficial, probablemente desconocerán lo que les hemos contado. Pero quizá cuando entren al Ciutat perciban aromas guardados de aquel Twente que hace casi 40 años se llevó el II Trofeo Costa de Valencia. Sin duda alguna lo ganó entonces en buena lid y en su evocación queremos que esta tarde suceda lo contrario. Que el Levante del premiado Juan Ignacio Martínez -¡enhorabuena, míster!- lo derrote también en buena lid.