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El sector del ciclo combinado fue el único en la Comunitat Valenciana que sobrepasó en conjunto sus emisiones asignadas de gases de efecto invernadero durante el año 2008, el primero en que se ha aplicado de manera efectiva el Protocolo de Kioto. Fue también el año que en el que las centrales de ciclo combinado de Sagunto y Castelló comenzaron a funcionar a pleno rendimiento. Las dos instalaciones emitieron 1.574 toneladas de CO2 más de las asignadas previamente.

De un total de 113 instalaciones incluidas dentro del mercado obligatorio de control, 19 sobrepasaron las asignaciones de CO2. Para poder cubrir su demanda, las empresas que excedieron sus emisiones tuvieron que desembolsar 47,2 millones de euros para poder adquirir los derechos a aquellas instalaciones que cumplieron o redujeron sus asignaciones, según los datos que ayer hizo públicos la directora de la Fundación Empresa y Clima, Elvira Carles, dentro de una jornada sobre nuevos retos para la empresa organizada por el Club de Marketing de Valencia. La tonelada de CO2 se pagó a 22,02 euros.

Sea por un mayor control sobre las emisiones o por una reducción de la actividad derivada de la crisis económica, lo cierto es que sectores como el del azulejo o las cementeras emitieron respectivamente un 21,3% y un 30,14% menos toneladas de CO2 de las que tenían asignadas. Las centrales de ciclo combinado, azulejeras y cementeras concentraron en 2008 el 74,5% de todas las emisiones de mercado controlado de la Comunitat Valenciana.

Un 73 por ciento de proyecciones "difusas"

La compraventa de derechos de emisión de CO2 se basa en el principio de quien contamina paga. El protocolo de Kyoto inspiró un plan nacional de de asignaciones para determinados sectores (el llamado mercado obligatorio) que en la Comunitat Valenciana se elevaba a 10,4 millones de toneladas. De estas se emitieron finalmente 9,9 millones, un 4,53% menos de los permitido. Sin embargo, las emisiones del llamado mercado obligatorio sólo representan un 27% sobre el total de lanzamiento de gases de efecto invernadero de la Comunitat Valenciana. El restante 73% se consideran emisiones "difusas", no controladas, y surgen básicamente del trasporte, otros sectores industriales u hogares, oficinas y servicios. Las emisiones valencianas representaron en 2008 el 7,7% del total de las españolas.