La liberalización del servicio de gestión de navegación aérea, confirmada ayer por el ministro de Fomento, José Blanco, tendrá consecuencias sobre el colectivo de controladores de la Comunitat Valenciana. Fomento ha incluido las torres de control de los aeropuertos de Manises (Valencia) y l'Altet (Alicante) dentro del paquete de privatizaciones que ha comenzado a estudiar para inyectar una mayor competencia en los servicios aeroportuarios a partir de 2011. La intención de AENA es introducir empresas privadas en la gestión de las torres de control de los aeródromos y reservarse la supervisión de los distintos sectores del espacio aéreo a través de los denominados centros de control.

Los nuevos gestores privados tendrán libertad para contratar personal habilitado, por lo que la medida supondrá la reubicación dentro de los servicios de AENA de los 26 controladores asignados a la torre de Manises y los 27 de l'Altet, que hacen un total de 53. El centro de control de Valencia, que cuenta con 83 controladores, seguirá bajo el mando directo de la empresa pública estatal.

El ministro de Fomento confirmó ayer en una intervención en el Congreso de los Diputados las intenciones del Gobierno central de dar entrada a proveedores privados en los servicios de navegación aérea para adaptar el actual modelo de gestión al nuevo marco del Cielo Único Europeo. "Al liberalizar se introducen nuevas empresas, lo que facilitará una mejora de la eficiencia al romper el monopolio que mantenía AENA", dijo ayer Blanco. El ministro avanzó que la Agencia Española de Seguridad Aérea (AESA) tiene registradas ya cinco solicitudes de empresas para obtener la certificación que es permita optar a las licitaciones de contratos de provisión de servicios de control de torre. Además de la pública Ineco, que ya contaba con la certificación, Blanco citó a las compañías Saerco, ACS, Clece, Ferroser (Ferrovial), Gesnaer e Indra.

El proceso de liberalización de la gestión de las torres coincide con la modificación de los mecanismos de selección y formación de nuevos controladores. Fuentes de AENA explicaban ayer que la sociedad estatal ya no forma a los nuevos profesionales sino que lo hace la empresa pública Senasa y también aquellos proveedores privados que obtengan la habilitación correspondiente. Al contrario de lo que ocurría hasta el pasado mes de febrero, cuando el Gobierno aprobó por decreto las nuevas condiciones laborales, ahora los nuevos controladores que superen las pruebas tendrán una titulación, pero no la plaza fija, por lo que tendrán que buscar empleo en el mercado. Los gestores privados de las torres serán, por tanto, los principales contratadores. Es la forma con la que el Gobierno pretende romper el bloque de los controladores y abaratar sus costes laborales. Actualmente, de los 2.400 controladores con plaza, entre 700 y 800 están asignados a torres de control, mientras que una gran mayoría (1.600) trabajan en los centros de control. La diferencia entre una tarea y otra es que los primeros supervisan básicamente los aterrizajes y los despegues, mientras los segundos controlan rutas y tráfico en el espacio aéreo. Fomento no tiene previsto liberalizar este otro servicio de navegación.

El conseller de Infraestructuras, Mario Flores, dijo ayer que está "de acuerdo" con cualquier medida que suponga "abaratar costes y hacer más competitivos los aeropuertos", si bien prefiere conocer "las condiciones" de la liberalización de las torres de control de Valencia y Alicante antes de hacer pública su postura.

Los sindicatos UGT-PV, CCOO-PV e Intersindical Valenciana criticaron ayer la liberalización de las torres de control de Manises y El Altet, al considerar que la "privatización" de los aeropuertos no solucionará el conflicto de los controladores aéreos. "El control aéreo ha de seguir siendo público porque nos jugamos las comunicaciones", dijo el secretario de Intersindical, Adel Francés. El líder de CCOO, Paco Molina, dijo que la operación supone una traspaso de las renta de los trabajadores a las empresas privadas.