Las empresas azulejeras todavía pueden mejorar sus cifras de negocio y su rentabilidad, según queda reflejado en el estudio de la consultora Altair que, a puertas de Cevisama 2018, ha presentado en la sede de la patronal Ascer el IV Estudio económico financiero de empresas fabricantes de baldosas cerámicas.

El documento pone de manifiesto que el análisis del riesgo operativo y financiero «indica que el sector todavía puede expandir su cifra de beneficio a mayores tasas de crecimiento que la correspondiente a la cifra de negocio; por lo que hay que promover el crecimiento inteligente de las empresas con foco estratégico claro y gestión adecuada».

La conclusión estaría ligada no solo a aspectos como la gestión interna de los negocios, sino a la propia política de precios del sector, marcada por una estrategia de rentabilidad muy ligada a la mejora de la productividad, y no tanto en la potenciación de aspectos como la marca y el marketing, para poder elevar las tarifas. En este sentido, basta recordar que Italia, principal competidor de Castelló en el campo de la cerámica, está considerado un productor al mismo nivel de calidad que el Tile of Spain, si bien los fabricantes transalpinos venden sus propuestas de media al doble que las del clúster de la provincia.

El informe, además, también deja constancia de que las empresas de mayor tamaño, y por tanto las que tienen niveles más alto de facturación, son las que mejor han salido de la crisis económica y las que más están rentabilizando su negocio. Pero se puede ser rentable siendo una pyme, si se aplica una buena gestión y muy claro el foco estratégico en el mercado. El dato confirma una de las tesis que los expertos vienen lanzando como un mantra sobre el sector desde hace décadas.

Radiografía del sector

El objetivo de este estudio ha sido analizar estadísticamente a través de una muestra el comportamiento financiero del sector cerámico en el período 2011-2016, para determinar si es posible obtener conclusiones y tendencias válidas por grupos de empresas y si estas pueden extrapolarse al total sector (análisis intragrupos, intergrupos y total). Las empresas se han dividido por grupos dependiendo de su cifra de negocios de 2016 (de 6 a 30 millones, de 30 a 60 millones, de 60 a 200 millones y más de 200 millones de euros).

Según el análisis dirigido por Artemio Milla, socio director de Altair, con la colaboración técnica de Héctor Martorell, consultor de la firma, los grupos de empresas que facturan entre 60 y 200 millones de euros y las de más de 200 millones «crecen por encima del resto de las compañías, tanto en términos absolutos como relativos». Y no solo en el ejercicio 2016, último con todos los datos contables cerrados y diseccionados, sino que «durante todo el periodo 2011-2016, el exclusivo grupo de las que rebasan la barrera de los 200 millones de euros de facturación son las que han presentado el mayor margen bruto ajustado en todos los ejercicios».

Aun así, el tamaño no solo importa a la hora de ganar competitividad y rentabilidad. El mismo estudio admite que hay «una cierta convergencia» en los márgenes «entre los grupos de menor tamaño y los de mayor en los últimos ejercicios», lo que evidencia que también las pequeñas pueden ser rentables siempre que el negocio vaya acompañado de una gestión excelente.

En este caso, el estudio sí pone de manifiesto que las empresas pequeñas lo tienen más difícil. Los dos grupos de la escala menor presentan «beneficios antes de intereses e impuestos (BAII) negativos por lo que es necesaria una reflexión acerca de su dimensión, su foco estratégico y capacidad de gestión». Pero vuelven los matices: «El conjunto de firmas de entre 6 y 30 millones de euros es muy heterogéneo», de manera que «junto a empresas muy eficientes y rentables encontramos empresas que ofrecen una imagen totalmente opuesta. El foco estratégico y la capacidad de gestión es la clave que explica lo anterior», una situación que la propia Altair admite haber «comentado en años anteriores».

«En términos de Ebitda sobre cifra de negocios -continúa el informe-- las cifras muestran comportamientos dispares», de forma que mientras las que facturan menos, en términos globales, «han visto cómo se reducía», las de la horquilla entre 30 y 200 millones han mantenido un comportamiento similar, con mejoras muy significativas en su Ebitda en el periodo 2011-2016». La victoria se la han llevado las que facturan más de 200 millones de euros, con un EBITDA «cercano al 20%», aunque con una pega: «Se mantiene estancado».

Y más ideas. Las empresas pequeñas son las que presentan una estructura de gastos de explotación «más pesada», y el ratio de endeudamiento ha mejorado en 2016 «en todos los grupos», si bien las de menor tamaño son las que «presentan unos valores muy superiores al resto». En ningún caso hay «datos preocupantes de apalancamiento, en absoluto», remarcan, eso sí.

De todo lo anterior, los expertos de Altair sentencian que «el análisis de la rentabilidad económica (ROI) y rentabilidad financiera (ROE) ha puesto de manifiesto que en los últimos ejercicios se presentan unos datos robustos en cuanto a la rentabilidad económica y financiera, excepto para las que facturan entre 6 y 30 millones de euros, que, pese a haber mejorado su situación, no han logrado acercarse a las rentabilidades ofrecidas por los otros grupos».