Una de las singularidades de Caixa Popular es que sus trabajadores y las cooperativas son socios capitalistas de la entidad financiera. Desde hace dos años y con la vista puesta en la necesidad de mejorar su solvencia y cubrir las exigencias de capital del regulador, esa condición es extensible también a los clientes, según anunció ayer el director general de la cooperativa de crédito, Rosendo Ortí, en un desayuno con los medios de comunicación organizado por la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros. En la citada fecha se abrió la puerta a los usuarios particulares y desde finales del año pasado, a las empresas.
Ortí explicó que en estos momentos se han incorporado tres mercantiles valencianas de diferentes sectores cuya identidad no quiso desvelar y la entidad espera alcanzar una cifra de entre 15 y 20 cuando finalice 2018. Estas firmas tienen que comprar «acciones» por un mínimo de 50.000 euros. A cambio, tienen derechos políticos en tanto en cuanto forman parte de la asamblea, aunque, a diferencia de otros socios, no pueden formar parte del consejo de administración.
Como todos los copropietarios, perciben un dividendo que el año pasado fue del 2,61 %, además de un porcentaje en capital procedente de la parte del beneficio (un 30 %) que se distribuye entre todos los socios. La entidad tiene 733, de los cuales 322 son trabajadores. Los socios particulares ponen 15.000 y las cooperativas, 3.000. Todos deben pasar un test para conocer el riesgo que asumen y evitar casos de mala comercialización como sucedió con las preferentes en otras firmas.
El objetivo de Caixa Popular es que las empresas acaparen en el plazo de un año o año y medio cerca del 12 % del capital, es decir entre 1,5 y 2 millones de euros. En estos momentos solo tienen el 1 %, por un 42 % de los socios trabajadores. Estos últimos pueden recuperar su capital una vez que se jubilen. Los copropietarios pueden vender sus participaciones en el momento en que lo deseen, siempre y cuando haya un comprador para las mismas. Si necesitan el dinero de urgencia y no quieren un préstamo, la cooperativa puede adquirir ese paquete y dejarlo en cartera.
Ortí destacó que Caixa Popular «no puede competir por precios o volumen, sino por diferenciación y de ahí que abramos por las tardes». En la actualidad, de cuatro a seis, un horario que se destina al asesoramiento: «Este año seremos la única entidad con empleados haciendo labor comercial entre los clientes».
