El presidente de Mediterranean Shipping Company (MSC) en España, Francisco Lorente, habló ayer alto y claro sobre el futuro del recinto del Grao: «Sin acceso norte terrestre no habrá ampliación del puerto de València». Esta naviera es el principal operador en tráfico de contenedores del emplazamiento líder del Mediterráneo y junto con grandes firmas del sector como Maersk o Cosco podría aspirar a convertirse en operador privado que gestione alguna de las nuevas terminales de mercancías que proyecta la Autoridad Portuaria de Valencia (APV) en la zona norte, cuyas obras todavía no han comenzado.
«Para que alguien aspire a participar (en la ampliación del puerto) necesitamos acceso norte porque ahorra costes logísticos y de lo contrario harían poco competitivas esas futuras terminales». Los empresarios -agregó Lorente- llevamos treinta años pidiendo un obra que las administraciones públicas deberían atender». El máximo responsable de MSC España realizó estas declaraciones durante su intervención en la jornada El futuro del sector logístico, organizada por Grupo Diario.
El corredor de infraestructuras Sagunt-València (es decir, el acceso norte), tanto para camiones como para ferrocarril, deberá acompasarse con la macroampliación del puerto. Ni el Gobierno central ni la Generalitat quieren acometer el acceso norte por su elevado coste, que algunos informes elevan a 800 millones de euros. El puerto la considera clave porque 2.000 de los 6.000 camiones que operan cada día en el puerto proceden del norte de València. La APV adjudicó en septiembre de 2017 a la consultora holandesa Maritime & Transport Business Solutions (MTBS) del estudio de viabilidad de la nueva terminal de contenedores, que se destinará al transporte de contenedores y duplicará el actual espacio de mercancías, donde en la actualidad se mueven 4,7 millones TEU ( contenedores de veinte pies) anuales, según el cierre de 2017.
Lorente, en presencia del presidente de la APV, Aurelio Martínez y del secretario autonómico de Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio, reconoció que «existen compañías, como la nuestra, que aspiramos a participar en las nuevas terminales del puerto de València», aún por definir y pendientes de las correcciones que pretende acometer la APV. Hasta ahora ya ha invertido 203 millones de euros (procedentes de fondos de la UE) para construir el dique de abrigo.Pero faltan los muelles y las terminales.
En 2017 paralizó la planificación de construcción de la nueva terminal de cruceros porque estas obras podrían afectar las maniobras de los portacontenedores del futuro, que tendrán más 450 metros de eslora. La Autoridad Portuaria espera adjudicar esas obras a finales de 2018 o principios de 2019 y la inversión prevista supera los 400 millones, cuyo 75 % será aportado por empresas privadas.
Sin convenio de estibadores
El presidente de MSC España también lamentó que el puerto de València, a diferencia de Barcelona o Algeciras, no tenga convenio de estibadores tras la publicación del Decreto ley de reforma del sector aprobado a mediados de 2017. Sin concretar datos de las negociaciones de las empresas con los sindicatos, Lorente tan solo se avino a decir que «la paz social nos preocupa muchísimo, estamos dando pasos para dar estabilidad; si bien debemos ser capaces de superarlas dificultades que nos separan», concluyó.
