'Estamos a la cola de Europa en la inserción de sistemas de valorización de residuos'

El camino hacia la sostenibilidad y la descarbonización de la economía pasa, sí o sí, por un cambio del paradigma que transforme el actual modelo de economía lineal por el de economía circular. En este sentido, cada vez cobra mayor importancia la adopción de políticas que brinden una segunda oportunidad a los desechos que se producen en la industria y los hogares.

La valorización energética de los residuos fue el tema que centró la primera mesa redonda celebrada dentro de la jornada sobre ‘El futuro de la energía en la Comunitat Valenciana’ organizada por Levante-EMV el pasado miércoles, 13 de diciembre, en el Centre d’innovació social i urbana Las Naves de València. El encargado de moderar esta conversación fue el director de Organización y sistemas de gestión de Grupotec, Jesús Paniagua; este estuvo acompañado en la mesa por el presidente de la Entidad Metropolitana para el Tratamiento de Residuos (Emtre), Emilio José Belencoso; el director comercial de Paprec en Europa, Tanguy Carrabin; y el director gerente de Imedes, Enrique Navarro.

Paniagua se refirió a la valorización de residuos como una forma de optimizar sus características y «conseguir algo útil de ellos». Además, el directivo de Grupotec resaltó que existe «un campo muy amplio» en esta materia.

Valorización de los residuos

La Unión Europea establece para 2035 el objetivo de recuperar el 65 %de los residuos y reducir al 10 % aquellos que van a parar al vertedero. Sin embargo, España es el país de la Unión Europea que más residuos lleva a vertedero (el 56,3 % del total) y sólo el 9,9 % de la basura es tratada para su valorización energética.

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«Estamos a la cola en la implantación de estos sistemas y no vamos a llegar a tiempo para cumplir con el objetivo del 10 %de eliminación de residuos en vertedero», afirmó Emilio José Belencoso. Al respecto de esto, el presidente de la Emtre subrayó que es importante acompañar las políticas de gestión de residuos con una valorización de los mismos y destacó también el trabajo «intenso» para dotar a las plantas de energía limpia y renovable: «Estamos en una primera fase de estudio y preparación para cumplir con los objetivos de los ODS de hacer edificios autosuficientes y fomentar las energías limpias».

Asimismo, Paniagua señaló que países como Alemania, Finlandia, Bélgica o Reino Unido, que son aquellos más avanzados en porcentaje de recuperación y reciclaje de residuos, apuestan por la valorización energética como su sistema preferente en la eliminación final. «Prácticamente no hay vertederos», dijo.

Por su parte, Tanguy Carrabin quiso hacer hincapié en la complejidad de los residuos. «La valorización energética es tan solo una pieza dentro del puzzle que supone el tratamiento de desechos —y añadió—. En el resto de países europeos se le otorga mucha importancia a la parte de la incineración de los residuos, ya que aporta una gran flexibilidad (por la cantidad y la calidad de los desechos que puede aceptar) que es la base para los demás tratamientos complementarios necesarios para el tratamiento global de los residuos».

Además, el director comercial de Paprec puso como ejemplo el caso de Reino Unido, donde se ha tratado de eliminar el residuo de los vertederos para reducir la producción de metano. El resultado de esto ha sido «un extraordinario desarrollo de la valorización energética en los últimos 20 años y la construcción de muchas plantas».

En última instancia, Enrique Navarro abogó por «repensar el modelo en todas sus fases de proceso» y poner en marcha la valorización energética de los residuos de forma «valiente, ágil y urgente»: «Sólo nos ponemos las pilas cuando tenemos unos gravámenes como son el impuesto de vertido o de plástico», destacó el director gerente de Imedes.

Del mismo modo, Navarro alertó que «el modelo en la Comunitat Valenciana no está funcionando y tampoco se están cumpliendo los objetivos de recuperación en las instalaciones» y propuso la solución: «Hay que seguir apostando por las políticas de prevención, que son importantísimas, y por el aumento de la recogida selectiva en origen, que sigue estando muy por debajo de la media nacional y de lo que marcan los objetivos europeos, aunque se ha mejorado mucho», sentenció.

Combustible sólido recuperado

En el tramo final de la conversación, Jesús Paniagua incidió en la importancia de trabajar más en la recuperación de residuos, que ha mejorado en los últimos 30 años, y en la gestión posterior del rechazo generado.

En este sentido, los ponentes debatieron acerca del uso final del combustible sólido recuperado. «Es una valorización energética de calidad, ya que el propio residuo genera esa energía —explicó Belencoso, y añadió—. Este combustible puede tener una gran salida en la industria cerámica, porque son grandes demandantes de energía, o en las propias entidades metropolitanas que lo vean como una forma de generar autoconsumo dentro de las plantas». Al respecto de esto, el presidente de la Emtre apuntó que no disponen de una planta de combustible sólido recuperado, aunque con la ampliación en tramitación del vertedero sí que va a crearse una depuradora de líquido lixiviado que funcionará con energía de este combustible producida en su planta de Manises. 

Por su parte, Carrabin valoró el combustible sólido recuperado como «una pieza intermedia en el proceso de tratamiento de residuos», más que como un tratamiento en sí: «Es una tecnología que funciona y puede ser parte de la solución. Es complementario al resto de tratamientos de residuos», afirmó el director comercial de Paprec.

Por último, Navarro cerró la mesa redonda advirtiendo que «en estos momentos, no hay mercado para el combustible sólido recuperado». El director gerente de Imedes explicó que las cementeras necesitan un volumen lo suficientemente grande para adquirir compromisos a largo plazo y, en este sentido, «no todas las plantas de la Comunitat Valenciana recuperan este combustible. Además, en aquellas que sí lo hacen se estima que podría suponer hasta un 22 % del vertido de eliminación a vertedero y, en el mejor de los casos, están recuperando un 6 %».

«Todas las instalaciones deberían tener su línea de tratamiento de combustible sólido recuperado y tratar de conseguir ese límite del 22 %. Sin embargo, es un tema de mercado y, ahora mismo, está yendo al vertedero», lamentó Navarro.