Ni los aplausos sinceros del público ni los sentidos abrazos de sus trabajadores. Nada ni nadie pudo consolar ayer a Luis Pérez, el responsable de la pirotecnia Mª Angustias, de Guadix (Granada), quien ayer disparó la «mascletà» más triste de su carrera.

Luis había dispuesto un espectáculo distinto a otros años con la intención de sorprender a los espectadores y, además, homenajear a su hermano José, fallecido el pasado noviembre. Sin embargo, los despropósitos para Luis y su empresa se fueron acumulando con el paso de las horas.

Durante la noche del domingo, una llamada telefónica desde Guadix informaba al pirotécnico de que su padre, también llamado Luis, había muerto, al parecer, tras sufrir un infarto cerebral. Acababa de llegar a Valencia con todo el equipo humano y material necesario para montar la «mascletà», pero Luis no se lo pensó dos veces y emprendió el camino de vuelta a Granada para reunirse con su familia. Poco después, en plena madrugada y sin descansar, decidió regresar a la capital del Turia en otro viaje relámpago. No quería perderse la ansiada cita con la Plaza del Ayuntamiento, donde sus operarios empezaron a instalar los «masclets» y las carcasas a eso de las 6.00 horas de la madrugada. La pirotecnia Mª Angustias pretendía ofrecer un disparo memorable, cargado de sentimiento, con el que honrar al padre y el hermano de Luis. Pero el dios Eolo trastocó los planes.

A las diez y media de la mañana se advertía a la pirotecnia que, como medida de prevención por culpa de las fuertes rachas de viento, no se podría utilizar en el disparo el material aéreo que ya estaba preparado. Una contrariedad más que hizo que Luis fuera incapaz de reprimir unas amargas lágrimas de desesperación.

Para combatir la tristeza, recibió el ánimo de sus trabajadores y, desde el otro lado de la valla, el apoyo de un grupo de falleros de la comisión Azcárraga-Gran Vía Fernando el Católico, que incluso le dedicaron una pancarta. La compañía granadina fue la única que aceptó los encargos de Azcárraga tras el accidente de 2007, y la relación entre los falleros y los pirotécnicos es muy estrecha.

«Ha sido 'sosilla', algo insípida»

Al término del disparo, Antonio Zarzoso, ayudante de Luis Pérez, calificó la «mascletà» como «'sosilla' y algo insípida», aunque reconoció que para la empresa eran días «duros», por lo que agradeció «la comprensión» de la gente.