Sin vallas ni distancias de seguridad. Millones de pequeños pedardos estallan en cuestión de segundos originando un efecto de luz y sonido capaz de competir con los terremotos de las «mascletaes» de la Plaza del Ayuntamiento. Y todo, a base de ristras que se pueden comprar en cualquier tienda de pirotecnia (si se tiene el dinero suficiente para comprar tanta cantidad). Sucede en el Vegetarian Festival de la ciudad de Phuket. Según consta en la página web de la propia ciudad, se trata de «una de las variadas y a veces horripilantes ceremonias que tienen lugar para invocar a los doses. Caminar sobre brasas, taladrarse el cuerpo y otros actos de automutilación son realizados por los participantes, que actúan como mediadores de los dioses. Hombres y mujeres se autolesionan con todo tipo de objetos, incluyendo cuchillos, espadas o hachas».

Estos festejos estan acompañados del disparo más o menos indiscrimado de fuegos artificiales al paso de estos disciplinantes, y que incluyen demostraciones tan espectaculares como la del vídeo relacionado, que incluye poco más de medio minuto en el que se quema de forma espectacular una traca kilométrica.