Con un final tan apoteósico como novedoso, la pirotecnia Tomás de Benicarló, de Castelló, sorprendió ayer a propios y extraños en la plaza del Ayuntamiento en una de las «mascletaes» del ciclo fallero más potente en la que se emplearon 150 kilogramos de material pirotécnico.

La combinación de diferentes efectos y la distribución estratégica del material empleado con el fin de sorprender y mantener en todo momento la intensidad y la potencia fueron los elementos más destacables en una «mascletà» celebrada ante una plaza abarrotada y bajo un sol de justicia, que obligó a atender 11 lipotimias, tal como indicaron fuentes de Cruz Roja.

Aún tuvieron poco trabajo habida cuenta del desvío de una carcasa hacia el público, en la calle Barcas, que se golpeó contra la valla que rodea la plaza que evitó así males mayores. Con todo, hubo dos traslados al hospital por fracturas de brazo y cadera.

La empresa de Benicarló es una de los clásicas de la plaza y suele disparar los días 11. Su gerente, José Antonio Gregori, explicó que el disparo de esta jornada fue «un proyecto muy elaborado» por parte de Miguel Ángel Tomás, el director técnico de la pirotecnia, y afirmó que cumplió el objetivo marcado de «meter a la gente en el espectáculo».

Asimismo, comentó que antes de la «mascletà» había entre sus profesionales «un poco de recelo» para que nada fallara y «todo saliera bien». En este sentido, Gregori señaló que «cuando lo elaboras todo en un sitio que está tan concentrado como esta plaza hay muchos hilos y muchos detalles» que han de estar bien colados y distribuidos.

Un balcón muy concurrido

El balcón municipal estaba tan concurrido como de costumbre. Además de las fallas invitadas en el día de ayer, entre las que se contaron comisiones como Obispo Amigó-Cuenca, acudió al balcón el alcalde de Ribarroja, Robert Raga, y las Falleras Mayores de esta localidad de Camp de Túria.