­Al «tio Jaume Vallés» le esperaban en San Juan otros familiares y paisanos. Hoy, su nieto, Juan Carlos Vallés, preside el Centro Valenciano de San Juan, la colectividad de descendientes de emigrantes más numerosa del mundo, un club social con más de dos mil quinientos socios cuyo equipo directivo, por estatutos, debe estar compuesto por descendientes de aquellos emigrantes valencianos. El Centro se fundó en el año 1969 con la aportación de cincuenta emigrantes de la «terreta». Su crecimiento ha sido espectacular. «Una de las filosofías de nuestra organización es la de renovar las presidencias cada dos años y poner gente joven en el equipo directivo. Eso nos garantiza el futuro», afirma el actual presidente.

Juan Carlos Vallés, carnet número 9 de la institución, heredado de su padre, visita estos días la capital valenciana acompañando a la fallera mayor de su club, Elina Azcona. Dice sentirse especialmente emocionado: «Es la cuarta vez que estoy en Valencia. Mi abuelo, que siempre lloró a su España querida, murió sin poder regresar a la tierra que le vio nacer. Mi padre cumplió con el sueño de su padre. Yo sigo la tradición y mis tres hijas también han visitado Xaló. En nuestro Centro queremos ser transmisores del corazón valenciano. Llevamos sangre de esta tierra. Hoy, la colectividad en San Juan es muy numerosa, calculamos que somos más de ciento cincuenta mil los descendientes de aquellos primeros emigrantes.». El gobernador de la provincia, Sergio Uñac es descendiente de Sax.

«En un tiempo de muchas penurias en España, los valencianos que llegaron a San Juan a primeros del pasado siglo consiguieron abrirse una buena posición. Yo he heredado los viñedos que plantó mi abuelo. Es algo que estamos obligados a conservar», dice con ojos vidriosos por la emoción Juan Carlos Vallés. Por aquellos años, fueron muchos los andaluces que llegaron a San Juan.

«Las madres andaluzas recomendaban a sus hijas casarse con valencianos: nunca verás a un valenciano pobre, decían», comenta el presidente. Y en cierto modo fue así. «Los valencianos tenían y creo que tienen espíritu emprendedor. El lema de este año de la Falla de San Juan, declarada BIC en la provincia es el de «Cien años de presencia valenciana». Por eso sueñan con establecer algún programa de hermanamiento con la ciudad de Valencia. Quiere plantearlo al alcalde Ribó. En el Centro Valenciano, un terreno con varias hectáreas de superficie, se levanta un trinquet cubierto. También una barraca. Junto a ella y a un «garrofer», una imagen de la Verge dels Desamparats, regalada en su día por el Ayuntamiento de Valencia. Ahora quieren levantar un pequeño muro. «Queremos que en sus fundamentos haya tierra valenciana. Cada sanjuanino que venga a Valencia debe recoger una bolsita de tierra para que nuestro vínculo sea más fuerte», afirma. «Yo me llevaré un par de bolsitas de tierra de Xalò», afirma Juan Carlos Vallés.