Acaba la «mascletà» y el gesto empieza a cambiar. Es una historia que se repite todos los años. Falleras mayores y cortes de honor saben que no habrá más disparos, más primera línea de balcón ni más «Valencia en Fallas» en la megafonía. En el mejor de los casos, aisladamente en alguna ocasión futura. De hecho, el mismo lugar y el mismo acto, un disparo diurno,en el 9 d'octubre, les indicará que apenas les quedan un par de días para abandonar el cargo. Pero eso está por llegar. Alicia Moreno, Sofía Soler y la corte de honor no han llegado ni al ecuador de su reinado.

El final del disparo coincidió con la llegada de la lluvia. Las mayores se ven obligadas (siempre ha sido así y siempre será) a convertirse en paño de lágrimas de las más pequeñas. Alicia lo llevó con su habitual serenidad, pero Sofía lo pasó verdaderamente mal en algunos momentos. Hubo tiempo para fotos con los miembros de la Junta Central Fallera, chóferes y familiares. Todas ellas han disfrutado, eso sí, de un balcón especialmente cómodo, sin protestas en la calle, al contrario que las últimas cuatro antecesoras en el cargo.

Después llegó otro ritual: el acto de «cerrar la puerta» del balcón, que hicieron las dos falleras mayores con éste totalmente desalojado. Todavía se abrirá para la «cremà», pero no será lo mismo.

Justo cuando bajaban arreció la lluvia, con lo que no hubo último paseillo hasta los coches oficiales. A las niñas se las llevó en volandas con paraguas. Las mayores lo hicieron a la heroica, sin paraguas, aunque en ambos casos con los coches esperándolas junto a la puerta en esta ocasión.

Ha acabado un ciclo, que no regresará hasta dentro de un año, pero esa es una historia para la que queda mucho tiempo. Mientras, las jóvenes que salieron el pasado mes de octubre en la Fonteta y que remataron en octubre con la lectura de dos sobres siguen teniendo muchas páginas que escribir de su propia historia, la más especial de sus vidas.