Raquel Alario pasará a la historia por ser la fallera mayor el año en que la fiesta, la que ella lleva viviendo prácticamente desde el primer minuto de vida, fue proclamada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Ya se ha visto beneficiada por ello, ya que ha realizado dos viajes al extranjero y es probable que más de un evento suplementario sea presidido por ella durante el ejercicio. Ayer, Raquel fue una de las invitadas al salón de Alcaldía y fue de las más felicitadas.

Formó parte de la ronda de discursos y, una vez más, sin papeles, lanzó una idea principalmente: «esta declaración no es la meta, sino el inicio de un camino para seguir trabajando por la excelencia de nuestra fiesta». Reconoció estar «orgullosa de haber hecho historia todos nosotros. Porque esto es el resultado del trabajo del colectivo fallero de todas las generaciones para mantener viva nuestra cultura, nuestras tradiciones y nuestra lengua».

Raquel Alario soltaba todos sus nervios tras la decisión de la Unesco. «Ha sido „dijo„ un poco como el día de la llamada, porque aunque teníamos mucha confianza, nunca puedes estar segura al cien por cien». «Estábamos muy nerviosos», confesó.

A su juicio, este galardón de la Unesco va a permitir que la gente «conozca los valores de nuestra fiesta». «Esto abre un camino que va a ayudar a mejorar las Fallas».

Personalmente, la decisión tomada ayer en Adis Abeba es «un regalo» para ella, pero además cree que «es un reconocimiento para todo el mundo fallero».

Ya estaba preparando la Crida

Y el domingo, Raquel Alario tendrá un especial protagonismo porque pronunciará una Crida. ¿Se la había empezado a preparar ya? «Bueno, hace unos días empecé a prepararme algo, pero cuesta más porque siempre estás con el miedo de "¿y si no sale?"». Como si diera mala suerte. «Pero, sí, tengo algo perfilado. Ha habido que hacerlo un poco rápidamente. No es como la Crida de febrero, que te lo tomas con más calma... ya veremos como sale».

Pasará a la historia como la fallera mayor que tuvo dos Cridas en un mismo año. «Es muy emocionante. Es algo que va a pasar solo una vez en la historia, si y estoy muy feliz». Por la Crida y por la fiesta completa: «va a ser como si adelantáramos las fallas. Una planta, una Crida, una Cremà... y todo a dos meses y medio. Me hace muy feliz».

En pocas semanas de reinado ya ha hecho dos viajes al extranjero. «Es un orgullo para mi poder llevar una pequeña parte de nuestra fiesta al extranjero. Y una vez allí, explicar en qué consisten, qué es nuestra indumentaria... es un orgullo. Soy una amante de mi fiesta y me encanta viajar. Combinar mis dos facetas favoritas no podía ser algo mejor. Si, era extraño verme en Lancaster o en Bruselas vestida de valenciana, pero a la vez una felicidad enorme. Estoy viviendo momentos muy especiales».