Las comisiones de falla se han acabado por convertir en actores indispensables de la Procesión Cívica de San Vicente. Más de dos terceras partes de las que componen el censo de la ciudad, más alguna procedente de poblaciones, tomaron parte en el acto, representadas por sus presidnetes y falleras mayores, así como algunos componentes más de las propias comisiones y otras invitaciones especiales. Tanto es así que, ahora mismo, el desfile no se entiende sin esta particular incorporación. Que provoca incluso su debate, tanto a favor como en contra no tanto de su presencia (es un fenómeno que no tiene marcha atrás) como de su regulación. Lo cierto es que los altares invitan tanto a las comisiones de sus límites parroquiales como de otros sectores que tienen algún tipo de relación, aunque sea tangencial. Y, como consecuencia, casi trescientas comisiones tomaron parte en el desfile.

También por este motivo, el desfile se convierte en el primer acto masivo tras las fiestas recientemente finalizadas. Porque, por ejemplo, la Semana Santa no incorpora a las Fallas en sus desfiles. Tan sólo algunas, y en alguna ocasión, invita a otra fiesta religiosa, tanto a su comisión de fiestas como su imagen titular.

Y también por este motivo, el desfile se convierte en un primer encuentro de cara a lo que será el gran acontecimiento de gran parte de ellas: el largo camino hacia la corte de honor. Tanto es así, que algunas que ya han pasado por allí reconocen que, durante el recorrido, ya se "juega" a opinar sobre quienes tienen opciones de formar parte del grupo de privilegio. La Procesión Cívica se convierte, por ello, en una "pre-pre-preselección". Porque el día de la Virgen, en que están invitadas todas las comisiones, es la "pre-preselección". Antes de que lleguen las preselecciones propiamente dichas en el mes de julio. O comparado con las elecciones estadounidenses, el "Caucus", las "Primarias" y la "Elección". Así es el calendario. Pero ni todas aspiran a esos puestos ni todas creen, seguramente con buen criterio, que el desfile de ayer "suma puntos". Pero forma parte de tan particular juego, que empezará a despertarse pronto, y que concluirá en octubre con la elección de las falleras mayores de València.

Entre las invitadas en la Procesión Cívica no faltan desde hace años las falleras mayores vigentes, en este caso Rocío Gil y Daniela Gómez. También son invitadas por uno de los altares las del año anterior, Raquel Alario y Clara Parejo. También pudo verse a la infantil de hace dos años, Sofía Soler, o una componente de la corte vigente, Laura Fabra, desfilando con uno de los altares.