Más de 300 corredores partieron el sábado de Puçol para realizar la prueba del GR10-Xtrem, un recorrido de 94 kilómetros de montaña hasta Andilla, con un plazo máximo de 18 horas para completarlos. Esta competición, que comenzó en 2008 con dos corredores, se ha consolidado hasta el punto de que la organización ha fijado un límite de corredores.

Ésta es la primera prueba de estas características del año, bautizada en esta ocasión como «quemapolvorones», y está considerada una de las más complejas de la Comunitat Valenciana.

La presentación se realizó el viernes anterior en l'Espai Jove. El alcalde Enric Esteve, y el concejal Xavi Alcácer fueron los encargados y destacaron el «ejemplo de deportividad y afán de superación» de la prueba». La jornada previa se cerró con una cena en el polideportivo, donde algunos de los corredores se quedaron a dormir, ya que a las cinco de la mañana se ponían en marcha. El Club Atletismo Puçol colaboró con la organización en los preparativos y la salida.

Tras unas palabras de ánimo en el Palau d'Esports, en las que la organización del CXM pidió a los corredores que extremasen «la limpieza durante la prueba, porque cuesta mucho conseguir los permisos y uno de los requisitos fundamentales es que la montaña la cuidemos entre todos», los 300 espartanos partieron. Prueba del concepto de deportividad que impera en el GR10-Xtrem fue la llegada del dorsal 307 con retraso. Un veterano que, ante todo, quería competir. La organización, que ya estaba desmontando el punto de control, autorizó finalmente la salida.