La Plataforma pel Comerç Valencià ya ha presentado parte de las decenas de alegaciones que han recogido contra la la declaración de la Zona de Gran Afluencia Turística (ZGAT) de Valencia. Tal como destaca el portavoz de la asociación de pequeños y medianos empresarios y comerciantes, Salva Ballesteros, entidades sociales de todo tipo de la comarca han respondido a la llamada de la Plataforma para intentar parar esta declaración que puede suponer la concesión de la libertad horaria total para las grandes superficies.
«Las alegaciones han obtenido un respaldo masivo en muy poco tiempo por parte no solo de las asociaciones de comerciantes sino por el resto de asociaciones civiles „destacó Ballesteros„. Es el caso de asociaciones de amas de casa, jubilados, filaes de moros y cristianos, comisiones falleras, Coordinadora de Plataforma de Personas Desempleadas, Cavecova, ATA, Unió Gremial, Covaco, Moble Comerç, Fedalcis, Fundació de l'Horta sud o la Federació de AMPA de l'Horta sud». También agrupaciones municipales de Compromís, Podemos, EU, PP PSOE, han firmado las alegaciones de la Plataforma, «así como asociaciones de comerciantes, como Torrent, Silla, Paiporta, Benetússer, Xirivella, Alfafar, Alaquàs, Orriols, Cullera o el Grem de Llibrers», añadió el dirigente empresarial. «Todo esto supera con creces las 200.000 firmas recogidas y seguimos recogiendo alegaciones de diferentes pueblos y vecinos», añadió.
En las alegaciones, la Plataforma expone que la tramitación del expediente de ZGAT no se realizó ningún trámite de audiencia pública ni participación ciudadana, por lo que los pequeños comerciantes no pudieron opinar al respecto y han visto «perjudicados nuestros derechos individuales y colectivos». Por ello, solicitan que se declare la nulidad de estas ZGAT de la ciudad de Valencia y propone la declaración de una única zona con libertad horaria en el casco histórico del «cap i casal» en la que «no se encuentre ningún centro comercial ni gran superficie ya que consideramos que la desregulación de horarios comerciales y aperturas durante todo el año», no tiene consecuencias positivas en la economía valenciana.
«No genera más empleo en grandes superficies, destruye empleo en el comercio de proximidad, concentra la riqueza en lugar de distribuirla de forma más equitativa, concentra la oferta lo que dificulta la libre competencia y los derechos de elección de los consumidores y, por último, dificulta la conciliación laboral y familiar de los trabajadores de grandes superficies y centro comerciales», citó Ballesteros. «Necesitamos defender el modelo mediterráneo, que tantos siglos nos ha identificado „concluyó„. Ahora solo falta poner fin a este disparate y volver al consenso que teníamos antes».
