«Venimos de España, de la Comunitat Valenciana, de l'Horta Nord. Históricamente, nuestra región ha sido famosa por la paella y las naranjas, nuestros campos han sido muy productivos, pero ahora, quizás, seremos famosos por nuestras inundaciones». De esta forma inició ayer la técnico de Rafelbunyol su exposición y justificación del proyecto ante los técnicos europeos y las otras delegaciones que buscan financiación para sus planes contra inundaciones.

«Esto (las inundaciones) es debido a que nos afectan fenómenos meteorológicos llamados gota fría. Estos fenómenos se han producido desde siempre por nuestra ubicación en España, pero debido al cambio climático la frecuencia de éstos aumenta año tras año -relató la técnico-. Las condiciones de l'Horta Nord son favorables a las inundaciones. Su orografía, su geología y climatología se traducen en inundaciones pluviales o fluviales. L'Horta Nord es plana, pero muy cerca de las montañas, con poca capacidad para que el agua de lluvia sea entregada al Mediterráneo».

Además de la orografía, la portavoz de la delegación expuso otra circunstancia que ha favorecido el aumento de las inundaciones. «Con el crecimiento de la población, que ha producido urbanizaciones impermeables, el abandono de campos y la desertificación de la zona, la gota fría cada vez produce más inundaciones en nuestro entorno. Estas inundaciones producen molestias a nuestros ciudadanos, a la vez que contaminan el mar y los cauces de los barrancos y los acuíferos, puesto que arrastran la suciedad de las calles que contienen contaminación».

Fenollosa recordó que desertificación y los campos abandonados producen mayor escorrentía del suelo, así que «si sumamos la mayor escorrentía del suelo por desertificación, a que los fenómenos de lluvias torrenciales en l'Horta Nord han aumentado con el cambio climático, nos encontramos ante un escenario cada vez más frecuente de inundaciones». «Esto conlleva que municipios como los nuestros queden incomunicados, que se inunden accesos al mar, que se corten carreteras, que se contaminen acuíferos y el Mediterráneo por escorrentías en zonas urbanas, que las redes de saneamiento se desborden y las depuradoras no puedan hacer frente a tanta agua, a la vez que sube el nivel freático con las consiguientes inundaciones en algunos edificios», advirtió.