El otro debate que animó la Junta fue la propuesta de Gabriel Salinas, accionista de 25 años, que pidió que la Fundación del Levante UD, que ostenta el 74 % del capital social del club, profundice en su democratización interna y en su papel de contrapeso fiscalizador del club, una vez que la entidad ha superado el riesgo de desaparición: «Hay que definir un nuevo modelo de club, con una Fundación representativa de todos los accionistas, que fiscalice al club». «La democratización no es una utopía, hay que afrontarla sin miedo y con valentía mediante una fórmula representativa y responsable». Para lograrlo, reclamó la «modificación de los estatutos» del Patronato. «Está en su mano, señor Catalán. Impulse usted el paso, y que el Consejo de administración abandone una Fundación que ha perdido legitimidad e independencia». «Ya no se puede invocar a la excepcionalidad para seguir con el inmovilismo». Salinas propuso que se convoque una consulta entre los socios y que la opinión resultante la asuma la Fundación. Tanto Catalán como José Manuel Fuertes, presidente de la Fundación, replicaron a Salinas. Fuertes indicó que «dentro de lo posible lucharé por la democratización», con el hándicap de la ley de sociedades anónimas y la de fundaciones. Mientras se continuará trabajando «por reducir la deuda, en espera de eliminarla por completo». Catalán valoró la intervención pero defendió la gestión y que «si hay un órgano donde está representado el levantinismo, es el patrono de la Fundación del Levante», que agrupa a los principales accionistas y otros actores como las peñas y los veteranos», al tiempo que recordó que sólo se ha podido vender «el 1 % de acciones» y que el club trabaja por la regeneración social del levantinismo para preservar su futuro.