La causa abierta por el supuesto amaño del partido Levante UD-Zaragoza de 2011 dio ayer una nueva vuelta de tuerca en la última ronda de declaraciones. Por la sala de vistas pasaron los dos exjugadores del Levante UD Rafa Jordà y Wellington Silva, así como el exdirector financiero del club maño, Francisco Javier Porquera. Pero gran parte de la atención estuvo centrada en la declaración, por videoconferencia, de un empleado de la Caja Rural de Aragón. Este, que declaró en calidad de testigo, debía responder si recibió la orden de varios exfutbolistas del Zaragoza, así como del entonces entrenador, Javier Aguirre, de sacar dinero de sus cuentas e introducirlo en sobres. La respuesta fue un «no» rotundo.

La declaración del oficinista del banco tiró por tierra, por tanto, la versión de parte de los implicados del Zaragoza, entre ellos Aguirre. Estos aseguraron en su día ante la juez que recibieron ingresos en sus cuentas „por un valor total de 965.000 euros, tal como comprobó la Fiscalía Anticorrupción„ y que el entonces presidente del club, Agapito Iglesias, les pidió que se lo devolvieran en efectivo. Aquel dinero que sirvió, supuestamente, para sobornar al Levante UD siguen aún ilocalizable. Esa cantidad es la que transfirió en total el Zaragoza los días 17 y 19 de mayo de 2011 en la cuenta de los jugadores Lanzaro, Ander Herrera, Doblas, Paulo, Braulio, Ponzio, Gabi, Jorge López y Diogo, además del técnico y el director deportivo, Antonio Prieto. Las declaraciones, tanto en fase prejudicial como en la judicial, han ido en la misma dirección.: lo recibieron del Zaragoza y devuelto a Agapito Iglesias en metálico, en vez de ser entregado a la plantilla del Levante UD para dejarse perder, como trata de demostrar el fiscal.

El empleado bancario dijo no saber nada de movimientos bancarios ni de sobres. Es más, aseguró que no conoce a ninguno de los futbolistas. Tan solo vio a Javier Aguirre, dijo, alguna vez por el banco para sacar dinero del cajero. «Pero su sucursal es otra», completó. Para cerrar su declaración, insistió en no haber visto ni hablado nunca con algún directivo del Zaragoza, ni que alguno de estos tuviesen cuenta en la Caja de Aragón.

Más dolorosa fue para el fiscal la declaración del responsable de las cuentas del Zaragoza en aquella temporada. Porquera aseguró, como en su día lo hizo el entonces propietario del club, Agapito Iglesias, que aquellos pagos se correspondían con una «prima» por la permanencia. ¿Por qué sólo a once futbolistas y al entrenador y no a toda la plantilla? «Porque estos eran los que tiraban del carro», vino a decir ante la juez que instruye el caso. Porquera dijo que no en ningún momento le constó que se hubiesen producido devoluciones en sobres. El exdirector financiero del Zaragoza instó a que las cuentas del club, en las que figuraba ese pago por «primas», fueron aprobadas por el juez que dio el «sí» al concurso de acreedores de la entidad maña. Por tanto, insistió, aquellos pagos no sólo están justificados, sino que pasaron el filtro judicial.

La intención del fiscal es sentar en el banquillo a los 42 imputados por el informe de la Agencia Tributaria en el que Hacienda confirma que los jugadores del Levante UD no tiraron de sus ahorros tras recibir el presunto dinero que pagó el Zaragoza para dejarse perder. Sin embargo, no ha conseguido prueba suficientes.