El pasado 7 de junio de 2015 Levante-EMV publicó este reportaje con motivo del partido por el ascenso que jugaba el Atlético Levante UD, que disputó contra el equipo que vio jugar por primera vez a Cruyff con los colores del equipo de Orriols:

El Atlético Levante UD, el filial granota, disputa esta tarde (19.00 h.) el partido de ida de la segunda ronda para el ascenso a Segunda División B. Los jugadores de Miguel Ángel Villafaina se miden al CD Palencia en el estadio de La Balastera, en una eliminatoria sin precedentes. O casi. Antes de que ninguno de los canteranos azulgrana hubiese nacido, el primero de marzo de 1981, el Levante UD recibía en el Nou Estadi la visita del desaparecido Palencia CF. No fue un domingo más. Los de Orriols peleaban por mantenerse en los primeros puestos de la Segunda División tras un arranque espectacular. El sueño del ascenso estaba vivo. Sin embargo, la inusual expectación que aquella tarde albergaba el estadio respondía a otro motivo: el debut de Johan Cruyff con el Levante UD.

«El estadio estaba lleno. Vinieron sólo para ver a Cruyff», rememora Vicent Latorre, uno de los que formó en el once inicial junto al holandés. Aunque fue lo de menos, aquel equipo —Barrie; Lorant, Agustín, José, Sierra; Lavado, Peregrín (Garrido), Latorre (Eulate); Pousada, Cruyff y Campuzano— solventó el choque con un testarazo de Pousada: 1-0. Victoria para redondear la jornada festiva.

Latorre, que entonces contaba apenas 19 años, tiene grabados en la memoria los detalles que regaló el ex del Barcelona. «Hizo su particular rosca, esa que sólo sabía hacer él, y nosotros no entendíamos aquellos pases. Nos costaba llegar al balón, no estábamos acostumbrados. Si hubiese venido antes de empezar la temporada habríamos subido, pero cuando llegó, en lugar de adaptarse él a nosotros sucedió lo contrario», apunta. «En Granada jugó su mejor partido. Al medio centro contrario lo dribló tres veces seguidas. Arrancaba, paraba y volvía. Lo dejó sentado tres veces», asegura. «Él era asequible, pero en las cenas y las concentraciones sólo se juntaba con los veteranos. Venía con un Citroên CX, entrenaba y se iba. No hacía demasiada vida con los compañeros. Cuando se fue Pachín, el entrenador, él trajo a Rifé, su amigo del Barcelona, y entonces tomó el mando», concluye Latorre.

Desde el punto de vista social, Cruyff anticipó una época oscura del club, que desembocó en un doble descenso, tal como señala Felip Bens, coautor de Historia del Llevant UD. «Siempre se ha dicho que Cruyff arruinó al Levante UD y eso no es cierto. Cruyff lo salvó. Pudo haber ejecutado el aval que tenía sobre los terrenos terciarios junto al estadio, porque le debían mucho dinero, y no lo hizo. La ruina fue hacer algo que no se podía hacer, un castillo en el aire pensando que con Cruyff las taquillas iban a reventar», explica. «Como Cruyff veía que no le iban a pagar todo lo prometido dejó de involucrarse. Se cuidaba, pero hacía cosas extrañas y no rendía al más alto nivel», concluye Bens, quien cree que su recuerdo entre el levantinismo ha quedado difuminado porque fue el «catalizador» de un desastre para la entidad.

Peor fortuna corrió el CF Palencia. En enero de 2013 un juez dictó su desaparición. En 2011, en paralelo a este proceso de extinción, un grupo de aficionados fundó el CD Palencia Balompié. También viste de morado, como el Palencia CF que estrenó a Cruyff en Orriols.