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Los chalés «mueven» el bosque en Xàbia

Los chalés «mueven» el bosque en Xàbia

Los propietarios que compraron sus chalés en laderas de gran valor forestal de Xàbia ahora miran el bosque con un poco de recelo. Ya no les hace tanta gracia vivir rodeados de densas pinadas. El monte está reseco por el déficit de lluvias, y el riesgo de incendio es máximo. En menos de una semana, ha habido dos fuegos en la zona agrícola del Pla (el último el viernes) y los vecinos tienen muy presente el fuego que en septiembre arrasó 444 hectáreas de la Plana y el cabo de Sant Antoni, en el parque natural del Montgó. En la Plana, las llamas se colaron dentro las parcelas de numerosas casas.

Algunas urbanizaciones ya han empezado a tomar medidas para blindarse ante un incendio forestal. Los chalés que se construyeron junto a masas forestales ahora quieren poner distancia. Tener el bosque a la puerta de casa es un privilegio que entraña peligros.

La urbanización de Cansalades Park está, de hecho, abriendo un cortafuegos de 25 metros de ancho que ya ha obligado a talar cientos de pinos. La masa forestal de Cansalades, que mira al norte (es, por tanto, umbría) y está junto a la montaña pública de la Granadella, se ha hecho en los últimos años muy frondosa. Los pinos se agolpan y los arbustos crecen por doquier. Casi es imposible caminar campo a través, aunque sí hay sendas que recorren el bosque de un extremo a otro.

Los propietarios de los chalés antes tenían la sensación de vivir en el paraíso. Pero ahora tanta densidad de pinos les asusta. Mientras que la urbanización se hace cargo de abrir el cortafuegos en la masa de Cansalades, el ayuntamiento lo continuará en el límite norte de estos chalés, que ya son terrenos de la Granadella. El consistorio no quiere que al abrir esa otra franja de protección se arramble con todo.

De hecho, en el tramo efectuado por la urbanización se han arrastrado con maquinaria los pinos talados y se ha ocasionado una fuerte erosión en el terreno. Además, la senda se ha cortado abruptamente. Del espeso bosque ahora se sale directamente al polvoriento cortafuegos. Y no es el primer mordisco que se le da al bosque de les Cansalades. Esta masa forestal quedó muy diezmada cuando se empezó a construir la urbanización de Villes del Vent.

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