Los senderistas llegaron esta Pascua al Montgó en avalancha. Y también en coche. En la junta rectora del parque natural celebrada la pasada semana, su presidente, Joan Sala, ya advirtió de que los vehículos aparcaron en cualquier sitio, incluso en terrenos que se están regenerando tras el incendio de septiembre de 2014 (ardieron 444 hectáreas).
El Ayuntamiento de Xàbia no ha tardado nada en tomar medidas para evitar que se estacionen coches en suelos protegidos y en bordes de caminos. Esta semana, con la supervisión de trabajadores del parque natural del Montgó, el consistorio ha iniciado su peculiar «intifada» contra el aparcamiento ilegal en el parque natural. Sí, la cosa va de piedras, mejor dicho, de pedruscos.
Los trabajadores municipales han acarreado, con ayuda de una pala excavadora, grandes piedras y las han colocado en los extremos del camino que conecta con la senda que sube a la creueta (la de Xàbia) y que lleva también al campo de tiro de Dénia.
Esas rocas evitan que los excursionistas dejen sus coches en el borde del camino, lo que se había convertido en una costumbre, pese a que siempre ha estado prohibido.
En Semana Santa y Pascua, esta zona se llenó de vehículos. Llegaron a colapsar el camino. Un autobús con senderistas que debía estacionar en el campo de tiro de Dénia (allí sí hay un aparcamiento legal) no pudo pasar. Lo vehículos de emergencia, en caso de producirse un incendio o un accidente, también se hubieran visto en apuros para poder acceder. La policía de Xàbia retiró con una grúa los coches estacionados en el borde del camino. Más de un senderista, al bajar, exhausto, de la montaña, no encontró su coche donde, por la mañana, lo habia aparcado.
Esa práctica de aparcar en el extremo del camino no tiene, además, demasiado sentido. Unos metros más adelante, en el campo de tiro de Dénia, se puede dejar el coche sin temor a que se lo lleve la grúa.
