Pedagogía del arroz en "la Cuineta" del colegio Port de Xàbia

Magisterio del arroz. La paella familiar de los domingos, el felicísimo plato por antonomasia de la cocina valenciana, tiene mucho fondo. Se puede ir más allá del "socarrat", de esa textura crujiente y el regusto deliciosamente caramelizado (y un punto amargo) que deja la gran gastronomía compartida. "La Cuineta" del Port de Xàbia es el lugar idóneo para "raspar" hasta el final el arroz. Esta escuela, pionera en el proyecto "Centres Cuiners" (la nutrición, la cocina y la salud entran, por fin, en la educación), quiere sacarle todo el provecho posible a esa revolucionaria aula. Allí los alumnos aprenden a comer y a cocinar de forma saludable. La cocina enlaza con el "Hort Escolar". Permite llevar a cabo proyectos educativos innovadores y que le abren a los alumnos la curiosidad y el hambre de aprender.

"La Cuineta" es también un espacio de difusión y de crear comunidad. Y qué mejor que el arroz para hacer "comboi".

Literatura y cocina. Hay que seguir la estela de Josep Pla ("El que hem menjat) y Manuel Vázquez Montalbán ("Contra los goumerts"). Ximo Carrión y Josep Vicent Miralles están en ello. El primero presentó en "La Cuineta" su libro "Els nostres arrossos. Història, festes i receptes". Le acompañó Miralles, autor junto a Marisa Piles de "La cuina de la Marina Alta. Receptes i històries mediterrànies". La escritura desentraña la cocina.

Marjals y variedades

Miralles recordó aquellos días de estudiante en Irlanda en los que se le hacía la boca agua solo con pensar en los platos que se cocinaban en casa. Morriña gastronómica. Mientras, Ximo Carrión habló de todo, ya que el arroz lo es todo. Habló del cambio climático y la posible desaparición del ecosistema de marjals y albuferas que hace posible este producto. Se comprometió a acudir otro día y ponerse en los fogones de "la Cuineta" y elaborar ante los alumnos un arroz. También aceptó el debate de las variedades y de la pobre oferta que suele haber en los supermercados.

Esta "Cuineta" del colegio Port de Xàbia alimenta el conocimiento.