Hace tiempo que Brasil se ha convertido en el paradigma de crecimiento económico. Por ello, la nueva realidad de crisis que se arrastra ya desde hace un lustro ha llevado a muchos ciudadanos a volver la mirada hacia el gigante del otro lado del Atlántico en busca de una alternativa personal al panorama de recesión y desempleo que se vive en España. Una opción que, sin duda, tomará un nuevo impulso tras el anuncio realizado por la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, durante su reciente estancia en España, relativo a las medidas que su Gobierno pretende poner en marcha para agilizar la emigración de profesionales españoles.

En realidad, se trata de facilitar los trámites para agilizar una llegada que, en la práctica, ya se venía produciendo. De hecho, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, en la actualidad viven en Brasil 100.622 ciudadanos españoles, una cifra que supone un incremento del 28,1 % respecto al número de residentes en 2009, al inicio de la crisis. Curiosamente, pese a la participación en esta tendencia de algunos nombres conocidos, como el polémico empresario Enrique Bañuelos, hasta ahora los valencianos no parecen compartir esta atracción por el coloso americano. Al menos eso reflejan las estadísticas que sitúan en 740 el número de brasileños afincados en Brasil, solo un 0,9 % más que hace tres años.

Sin duda, esa apatía valenciana podría cambiar tras la promesa realizada por Rousseff. Ahora bien, la clave estará en saber en qué tipo de parados españoles está pensando la presidenta brasileña. Algunas pistas se pudieron conocer en el reciente seminario Formación y Mercado de Trabajo celebrado en Brasilia los pasados días 25 y 26 de octubre. En este sentido, los expertos reunidos en esta cita coincidieron en que uno de los campos donde más demanda de profesionales se precisará será en la medicina. Los estudios realizados por la Universidad Federal de Minas Gerais parecen confirmar esta previsión. En concreto, las proyecciones llevadas acabo estiman que Brasil habrá formado a 593.000 médicos de aquí al año 2030, sin embargo para ese año las necesidades de facultativos se situarían en los 693.000. En cualquier caso, no todas las especialidades tendrían los mismos problemas de cara a cubrir la demanda con médicos brasileños.

Déficit de profesionales

En este sentido, se considera que el principal déficit de profesionales se centraría en anestesistas, neurólogos, cardiólogos y, especialmente, pediatras.Otro sector deficitario en profesionales es la geología, una demanda muy ligada a las expectativas generadas por el descubrimiento de potenciales yacimientos petrolíferos en mar, así como al desarrollo que en los últimos tiempos está llevando a cabo el sector minero. En este campo, los datos barajados por el Instituto de Geociencias de la Universidad de Campinas consideran que el país necesitará de aquí al año 2020 unos 1.216 geólogos, una cantidad que supera a los 700 nuevos profesionales que saldrán de las universidades brasileñas en ese mismo periodo.

Falta de ingenieros

Por último, los estudios también destacan la falta de ingenieros en el país. Y ello a pesar de que, en este caso, se considera que las universidades brasileñas formarán a muchos más de los 1,1 millones de ingenieros que serán necesarios de aquí a 2020. Sin embargo, los expertos alertan de que muchos de estos profesionales acaban derivando hacia otras ocupaciones ajenas al sector. En este sentido, existe preocupación por la posible falta de profesionales en ingenierías específicas vinculadas al gas y el petróleo.

Pese a todo ello, en la actualidad la emigración a Brasil no es fácil. De hecho, un ingeniero que hoy quisiera emigrar a este país primero tendría que conseguir un contrato de trabajo con una empresa local como requisito previo para poder solicitar un visado de trabajo, un procedimiento que como mínimo puede demorarse seis meses. Y lo mismo ocurre con los médicos, con grandes dificultades para ver homologada su titulación.

De hecho, Brasil recibe cada año unos 900 títulos extranjeros de Medicina para ser homologados de los que solo suele aceptar un 10 %. Habrá, pues, que esperar a los cambios anunciados por la presidenta Dilma Rousseff para saber hasta qué punto el gigante de Sudamérica puede dejar de ser un sueño para muchos profesionales españoles, para convertirse en una alternativa real al desempleo.