Militantes del PSPV de Sagunt llegaron ayer a las manos, entre gritos y disputas, en la tensa asamblea celebrada anoche donde al final se eligió a una nueva secretaria general local, Ana María Quesada, en sustitución de expedientada Nuria Férriz, la candidata a primarias a la que la ejecutiva provincial ha abierto un expediente disciplinario por administrar una guardería sin licencia. El concejal Juan Carlos Requena „y aspirante a alcaldable en las primarias que están anuladas «sine die»„ acabó saliendo del local entre empujones y valorando poner una denuncia contra el secretario de organización de la comarca, José Manuel Martínez, acusándole de haberle pegado un puñetazo en la sien; algo que este último negó, según declararon ambos.
«¡Si no me llegó apartar y me da en la cara en lugar de en la sien, tal y como iba, me tumba. Y eso que yo mido 1,90!», decía Requena. «Lo normal es que lo expulsen de forma fulminante. Nadie puede llegar a esto. ¡Y menos mal que mi grupo, de unas 20 personas, nos hemos ido. Si no, eso hubiera sido una batalla campal porque estaba mi padre también!¡He tenido miedo a que me lincharan!», añadía.
Martínez, en cambio, negaba haberle agredido. «Yo sólo he salido en defensa de mi madre, que estaba siendo amenazada y acosada por varias personas que estaban junto a Requena», apuntaba. En lo que muchos testigos coincidían es que Martínez se dirigió alterado hacia el edil y que hubo más palabras subidas de tono entre algunos militantes. «Una mujer cogió una silla discutiendo con otra y ahí es cuando se calentó todo mucho hasta que los críticos se fueron y ya se calmó todo», decía uno de los asistentes.
La tensión que se palpaba en el ambiente desde el inicio de la sesión se desbordó después de que Requena hubiera intervenido en público, en tono sosegado, diciendo que su sector no iba a votar para elegir a una nueva dirección local al considerar que esa elección no cumplía los estatutos y anunciando que la iba a impugnar.
Un militante intervino luego diciendo también que el acto era ilegal y ya se empezaron a oir voces críticas, destacando que era una asamblea extraordinaria donde los estatutos no contemplan intervenciones. Entonces se inició una discusión tensa cuando una señora empezó a pedir explicaciones, el secretario de organización comarcal le hizo un mal gesto como echándola y ella repuso diciendo enfada que, tras décadas de militancia, nadie le iba a tirar de esa casa. Así, se empezó otra discusión que acabó con lo que Requena tildaba de puñetazo y Martínez negaba.
«Yo creo que ha sido algo lamentable, pero puntual, fruto de la tensión y de los nervios porque algunas personas han venido claramente a calentar el ambiente y ningunear a la militancia», decía el secretario comarcal Jorge Vidal.
