Gilet dijo adiós a sus fiestas patronales para dar paso a su semana taurina que comenzó ayer, aunque la lluvia obligó a suspender la entrada de toros y vacas prevista para las 14 horas. Las calderas pusieron el broche de oro a los festejos con el reparto de más de 2.000 raciones de guiso entre los vecinos de la localidad. Una vez finalizada la comida, el tobogán acuático gigante instalado en la calle Valencia hizo las delicias de mayores y pequeños, una jornada que acabó con el tradicional xupinàs, que estuvo amenizado por la orquesta Divina Comedia, que puso la alfombra roja a los festejos taurinos. Para hoy se ha programado tarde de reses a cargo de la ganadería de Fernando Machancoses y por la noche se espera el Gran Prix, un espectáculo que tendrá como protagonistas a becerros y recortadores.