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Ilustres ilustradores

Algunas revistas dirigen su atención actualmente hacia los ilustradores de moda destacados a lo largo del tiempo. No sólo es de justicia, sino que contribuye a ensanchar perspectivas y afinar juicios. Ha habido dibujantes decisivos para la difusión y apreciación de la moda en cada etapa, imponiendo además estilos que han hallado eco en otras esferas: decoración, publicidad, escaparatismo, edición de libros.

Junto a los grandes nombres (Cecil Beaton, Erté, Georges Lepape, Gruau, Paul Iribe) hay otros menos popularizados que tuvieron, sin embargo, un papel importante. Y, por supuesto, varios españoles de primera fila, entre los que sobresalen Eduardo Benito y Carlos Sáenz de Tejada, ambos muy activos en Vogue en su época, y algunos menos conocidos pero interesantísimos, como Javier Gosé o Ismael Smith, español de apellido inglés debido a un antepasado que se afincó en Tarragona. De ellos hablaré algún día.

Más allá de los ilustradores de moda propiamente dichos, que daban a conocer las creaciones de los modistos a través de sus dibujos, existen otros artistas cuya tarea fue alumbrar ellos mismos sus ideas, su visión intuitiva, plasmando formas que concentraban el espíritu de una época. Un ejemplo patente es el de Rafael de Penagos, que acuñó magistralmente la imagen femenina de los años 20, determinando que muchas españolitas anónimas intentaran parecerse a aquellas «mujeres de Penagos»; cortas de pelo y falda, largas en independencia y criterio. En menor escala, las «chicas de Picó» influyeron lo suyo, especialmente en las décadas de los 40 y los 50. El pintor y dibujante madrileño José Picó configuró un universo de jóvenes pizpiretas de melenas ahuecadas, cancanes o pantalones pirata, que respondían muy bien a las tendencias del momento.

Y hace pocos días he visitado en Madrid la exposición retrospectiva que revive a un extraordinario ilustrador histórico, Narciso Méndez Bringa, al que se deben las figuras femeninas más representativas de los años finales del siglo XIX y principios del XX. Sus mujeres de cintura fina, pomposos sombreros y evidente polisón, entre encajes y sombrillas, son el equivalente a las garçonnes de Penagos o las muchachas picaruelas de Picó..., sólo que bastantes decenios antes.

Junto a esta muestra de Méndez Bringa en el Museo ABC está instalada la de un magnífico dibujante contemporáneo: Fernando Vicente. Su obra, extensa y varia, cubre frentes distintos, todos con maestría. Se conocen especialmente sus ilustraciones en suplementos culturales y revistas de vanguardia, a lo que hay que agregar una espléndida serie de retratos levemente caricaturizados de personajes famosos, desde Marlon Brando a Albert Einstein. Pero Fernando Vicente ha cultivado también la ilustración de moda, en la que resaltan sus trazos nítidos y la impronta de una elegancia intemporal.

Todos estos ilustradores han desarrollado una actividad inestimable al fijar su mirada de manera diferente en el mundo de la moda dotándola de valor artístico y acrecentando su poder de seducción.

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